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EL HOMBRE EXPRESIÓN DE DIOS: BUENAVENTURA Y FEUERBACH 757 - a s a z e , y s s - s : s z g - o . e s s u l. e l - . l - is is s a n que éstas permitieron” 14 . Del hombre como objeto de estudio, se pasa al hombre como problema, para llegar a la eliminación de un concepto estable del mismo. A pesar de este camino de olvido de la especificidad humana, no falta, ni mucho menos, un pensamiento que, muy al contrario, reafirma su carácter único, normalmente bajo los parámetros de per- sona, como entidad propia que es capaz de construirse en el tiempo sin olvidarse de sí mismo 15 . La recuperación y reivindicación de la inteligibilidad humana pasa, sin duda, por ir repensando aquellos aspectos del ser humano que fueron olvidados por la evolución bio- logicista y naturalista y la crisis de la razón instrumental 16 . Uno de esos aspectos es el de la lectura expresiva del ser humano, y tanto san Buenaventura como Feuerbach son dos ejemplos de interpre- tación de dicha característica. Nos fijaremos en ambas lecturas que expresan en polos opuestos la reivindicación expresiva y metafó- rica del hombre y sacaremos conclusiones conscientes de que son momentos pasados de la historia de las ideas, pero que pueden mostrar caminos de construcción de una reflexión antropológica positiva. 14 D. BEST - S. KELLNER, o.c. , 197. Cf. N.K. HAYLES, How We Became Posthu- man: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature, and Informatics (Chicago 1999); C.H. GRAY, Cyborg Citizen: Politics in the Posthuman Age (New York 2001). 15 Un concepto de la especificidad del hombre frente a una visión naturalista que fue ya subrayado por M. Scheler: al preguntarse “si este segundo concepto [el concepto esencial del hombre], que confiere al hombre como tal un puesto singular incomparable con el que pueda ocupar cualquier otra especie viva, tiene alguna legitimidad” (M. SCHELER, El puesto del hombre en el cosmos. La idea de la paz per- petua y el pacifismo (Barcelona 2000) 35). Un estudio en el que se realiza esta ten- sión en la definición del hombre en diálogo con las antropologías no filosóficas en M. CABADA, “La dimensión filosófica de la antropología”, en Pensamiento 61 (2005) 5-29. Cf. A. GEHLEN, Antropología filosófica: del encuentro y descubrimiento del hombre por sí mismo (Barcelona 1993). En cuanto al concepto de persona tenemos una amplísima bibliografía, señalemos algunas obras: Cf. E. MOUNIER, El persona- lismo. Antología esencial (Salamanca 2002); A. DOMINGO MORATALLA, Un huma- nismo del siglo XX: el personalismo (Madrid 1994); C. DÍAZ, ¿Qué es el personalismo comunitario? (Madrid 2002); J.L. CAÑAS, “¿Renacimiento del personalismo?”, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía 18 (2001) 151-176. 16 Un ensayo de construcción de una antropología integradora en E. ORTIZ– J.I. PRATS – G. AROLAS, La persona completa. Aproximación desde la antropología, la psicología y la biología (Valencia 2004).

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