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EL HOMBRE EXPRESIÓN DE DIOS: BUENAVENTURA Y FEUERBACH 771 a - e - - - a r a - e - l r , is n a a e ) sobre todo en autores como santo Tomás de Aquino 69 . A pesar de la distancia en la mentalidad y de que el epicentro intelectual no se situaba en una subjetividad crítica, muy influyente en la época de Feuerbach 70 ; sin embargo, no hemos de negar la posibilidad de un pensamiento antropológico anterior al giro moderno inaugurado en Descartes y problematizado desde el giro kantiano. La complejidad humana no quedaba resuelta en el acceso cosmológico o en la segu- ridad divina; ahora bien, tampoco podemos afirmar que el tema del hombre desarrollara estudios específicos o tratados especiales 71 . San Buenaventura no es extraño a este modo de operar: la búsqueda de la definición de qué es el hombre es derivada de otros propósitos. Así, el hombre definido en cuanto persona sigue los pasos de la descripción de la persona trinitaria. Por su parte, la definición fun- damental del hombre en cuanto imago Dei sigue –como señala F. de A. Chavero– dos contextos diferenciados y ajenos a un tratamiento antropológico específico: uno epistemológico y otro dependiente de la teología de la creación 72 . Aunque existiera una dependencia teológica del estudio del hombre, no podemos afirmar una falta de profundidad en el estudio de la fundamentación del mismo. Ahora bien, a pesar de la aparente distancia intelectual con el compromiso sobre la problematicidad del ser humano, sin embargo, el comienzo de la especulación del teólogo, de la búsqueda de cualquier ser humano, se inaugura con el autoconocimiento. El filósofo e historiador de la filosofía medie- val É. Gilson muestra en un agudo análisis, cómo la célebre senten- cia “ gnw`qi ~autovn to ” ( nosce te ipsum ), lleva al hombre medieval a elevarse sobre sí mismo y sin despreciar la naturaleza, sino centrán- dose en sí mismo, el hombre se mira para conocerse y buscar su 69 Cf. J.B. METZ, Antropocentrismo cristiano. Sobre la forma de pensamiento de Tomás de Aquino (Salamanca 1972). 70 Cf. M. CABADA, Feuerbach y Kant. Dos actitudes antropológicas (Madrid 1980); A. GINZO, “Feuerbach y la Ilustración”, en Pensamiento 40 (1984) 385-430. 71 Solignag señala como la antropología no es una disciplina específica y sis- temática en el hombre medieval, cf. A. SOLIGNAG, “L’homme image de Dieu dans la spiritualité de Saint Bonaventure”, en G. ZOPPETTI - D.M. MONTAGNA (ed.), Contributi di spiritualità bonaventuriana I (Padova 1974) 77. 72 F. DE A. CHAVERO, Imago Dei. Aproximación teológica de san Buenaven- tura (Murcia 1993) 45-46.

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