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738 JAIME REY ESCAPA escotista 64 . La Historia de la Salvación 65 , de la creación a la parusía, aparece como la historia de la presencia de Dios entre los hombres, en la que la encarnación del Verbo es el centro y la parusía será el final o el coronamiento. Esta historia no tiene otra ley que la sabidu- ría y la absoluta libertad de Dios 66 . “Es la Historia de la Salvación la que en realidad está en la mente de Escoto, es el Cristo histórico, la realidad de Jesús de Nazaret, íntegro y perfecto hombre de nuestra raza, el que ocupa el punto de partida de la reflexión escotista sobre la primacía de Cristo en los decretos divinos que disponen la actual economía de Salvación. La consideración escotista de Cristo como obra cumbre de Dios equivale a una Historia de la Salvación en ger- men, ya que nos da lo sustantivo de la Historia de la Salvación, toda ella condensada en Cristo” 67 . Debemos subrayar la unidad y continuidad de toda la Historia de la Salvación 68 . Hay que rechazar como infundada la visión de una historia antes del pecado y otra historia después del pecado de Adán. Toda la historia en su conjunto se ordena a la gloria de Dios y a esta- 64 Muchos autores erróneamente han interpretado el principio naturalístico neoplatónico Bonum difussivum sui , utilizado por Escoto a la hora de razonar su teología del Primado, en el sentido de necesidad de comunicación existente en Dios, cuando Escoto es un teólogo que ha organizado todo su pensamiento entorno al concepto de la libertad, rechazando de modo radical el necesitarismo griego. Cf. P. SCAPIN, “Contingenza e libertà divina in Giovanni Duns Scoto”, en Miscellanea Francescana 64 (1964) 3-37, 277-324. 65 Por Historia de la Salvación entendemos en nuestro lenguaje teológico corriente el conjunto de hechos históricos narrados en la Biblia, mediante los cuales Dios manifiesta al hombre su voluntad de salvarle, llamándole a la salvación, provo- cando la respuesta humana de la fe y de la caridad, y que culmina en la revelación escatológica, cuando le sea concedida al hombre la vida eterna al lado de Dios. A la Historia de Salvación pertenecen todos los hechos sagrados que se narran en la Biblia, así como la Palabra misma de Dios que los narra y nos revela su sentido sal- vador. Esta Historia comienza con la creación del mundo y culminará en la venida de Jesús, cuando Él entregue todas las cosas al Padre para que Dios sea todo en todos (1 Co 15, 28). 66 Cf. J. DANIÉLOU, Saggio sul mistero della storia (Brescia 1957) 220-221. 67 A. de VILLALMONTE, “El «Mysterium Christi» del Vaticano II en perspectiva escotista”, en Naturaleza y Gracia 13 (1966) 241-242. 68 Es notable la diferencia que existe con los teólogos infralapsarios, los cua- les afirman dos órdenes históricos de salvación; uno antes del pecado, en el que se prescinde de Cristo y otro después del pecado, dependiente de El. Cristo no sería la Cabeza del universo; es querido para la superación del pecado. r s c l i s r c r e e t l d V ll ( l 2 n
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