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PENSAR LA ENCARNACIÓN. UN ACERCAMIENTO A LA POSICIÓN… 733 e á e l y - a - i a a ; s e e l l e , I, i , I, . amor del hombre, sino el hombre por el amor de Cristo. Aunque la humanidad no existiese, Cristo tendría razón de ser; pero sobre todo es imposible pensar que Cristo fuese predestinado por Dios en oca- sión del pecado de Adán . En este caso Cristo hubiera sido un bien ocasionado-condicional, provocado por el pecado de Adán, y enton- ces tendríamos que lo menos perfecto, la gloria de Dios proveniente de la redención del hombre, sería ocasión de la gloria más perfecta: Cristo. Sólo posteriormente ama a los demás seres en la medida en que, después de Cristo y por Cristo, éstos se acercan al bien infinito: La encarnación de Cristo no fue prevista ocasionalmente, sino que era vista por Dios inmediatamente como un fin desde la eterni- dad; así, Cristo, en su naturaleza humana, estando más próximo al fin, era predestinado antes que los otros 51 . Dios predestina el alma de Cristo independientemente del pecado. La redención del hombre es un bien inferior a la gloria que el alma de Cristo puede dar a Dios: Pero ni siquiera hubiera tenido lugar la redención, si el hombre no hubiese pecado; pero no parece que por esta sola causa Dios la hubiera predestinado a tan gran gloria, siendo así que aquella reden- ción, o la gloria del alma que debe ser redimida, no es un bien tan grande en los seres, cuanto en la gloria del alma de Cristo; y es verosí- mil que tan sumo bien en los seres, sea solamente ocasionado, es decir, por causa de un bien menor. Ni tampoco es verosímil que Dios hubiera preordenado primeramente a Adán a un bien tan grande como a Cristo, que sin embargo, se seguiría; de otra forma, se seguiría un absurdo, es decir, que Dios predestinando a Adán a la gloria, hubiera previsto que iba a caer en el pecado antes de que Cristo le predestinase a la gloria, si la predestinación de su alma fuese solamente por causa de la redención de los otros, porque la redención no hubiese tenido lugar si no hubiese precedido la caída y el pecado 52 . 51 “Incarnatio Christi non fuit occasionaliter praevisa, sed sicut finis inme- diate videbatur a Deo ab aeterno; ita Christus in natura humana, cum sit propinquior fini, caeteris prius praedestinabatur”. Ord. III, d.19, q.un ., n.6 (XIV, 714a). 52 “Sed nec redemptio fuisset facienda, nisi homo peccasset; sed non propter solam istam causam videtur Deus praedestinasse illam animam ad tantam gloriam, cum illa redemptio sive gloria animae redimendae non sit tantum bonum, quantum est illa gloria animae Christi; nec est verisimile tam summum bonum in entibus, esse

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