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692 CARLOS BAZARRA La conclusión paulina da preferencia a la gracia: “Si es por gra- cia, ya no lo es por las obras; de otro modo, la gracia no sería ya gra- cia” (Rm 11,6). Resumen: “La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud” (Rm 13,10). Yo diría que la gratuidad y la justicia no son una misma cosa, pero se complementan y se enriquecen. “Considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tú serás desgajado” (Rm 11,22). “Cristo Jesús, a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación, mediante la fe, para mostrar su justicia, habiendo pasado por alto los pecados cometidos anteriormente, en el tiempo de la paciencia de Dios; en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente, para ser él justo y justificador del que cree en Jesús” (Rm 3,25-26). El acontecimiento de la creación, del nacimiento y de la resu- rrección es gracia, iniciativa divina, misericordia, mística . “Dios que da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean” (Rm 4,17). En cambio, el acontecimiento de la vida histórica sigue siendo don, benevolencia del Señor a las criaturas pero también exige res- ponsabilidad, solidaridad y justicia interhumana, ascética. Se necesita justicia, pero también perdón. Gracia y Justicia, Mística y Ascética se reclaman una a la otra sin que se puedan identificar. La vida histórica no es inmutabilidad, sino proceso, camino, edi- ficación conjunta entre Dios y el hombre, Dios iniciando y el hombre respondiendo en fidelidad o rechazo. La lectura orante del Evangelio puede ayudarnos a desentrañar el misterio de la gracia y la justicia. La búsqueda no es fácil pero dejemos que Dios sea Dios y que nos ayude a descubrir su corazón, según aquello de “has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños” (Mt 11,25). No cabe duda de que Dios tiene preferencia por los pequeños como expresión de debilidad. Todos nos sentimos impactados, y en este aspecto también somos imagen de Dios (Gn 1,26-27), ante lo débil y mínimo. Los estudiosos han dejado en claro la preferencia divina por la debilidad, manifestada en los enfermos, en los peca- l 3 g c c r e ll l c i il v l s c c e

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