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DIOS, GRACIA Y JUSTICIA 713 i ” . a l s i x y - t e v l s l e - s l - l l y . r - - é al pobre y quieren suprimir a los humildes de la tierra, diciendo: ‘¿Cuándo pasará el novilunio y el sábado para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando la balanza, para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias?” (Am 8,4-6; cf. 2,6- 7). Y en el juicio final se aplicará el criterio de la solidaridad con los necesitados. “Tuve hambre y me dieron de comer...” (Mt 25,35). Pero esa actitud de no acepción de personas también puede reflejarse en contra del pobre: “Tampoco favorecerás al pobre en su pleito” (Ex 23,3). 13. SÍNTESIS En resumen: se supone que pobres, huérfanos y viudas son víc- timas de injusticia. Por eso, desde la no acepción de personas, habrá que hacer justicia a los pobres cuando realmente se les prive de sus derechos. Pero también habrá que hacer justicia a los no-pobres en la misma situación. No se pretende que los pobres lleguen a ser ricos. La visión de la riqueza es muy negativa, para que nosotros la propongamos como meta e ideal. La existencia de los pobres es una realidad que hemos de con- tar con ella. “Cierto que no debería haber ningún pobre junto a ti” (Dt 15, 4). “Pues no faltarán pobres en esta tierra; por eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra” (Dt 15,11). Frente a la pretendida opción por los pobres de los discípulos y Judas, Jesús afirma: “Pobres tendrán siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre” (Mt 26,11). La misma afirmación repite Juan: “Judas no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: ‘Déjala...porque pobres siempre tendrán con ustedes; pero a mí no siempre me ten- drán” (Jn 12,6-8). En algunos pasajes hay un rechazo radical de riqueza y pobreza, que es interesante: “Aleja de mí la mentira y la palabra engañosa; no me des pobreza ni riqueza, déjame gustar mi bocado