NG200701027

706 CARLOS BAZARRA pan y vestido. Amen al forastero, porque forasteros fueron ustedes en el país de Egipto” (Dt 10,17-19). “Cuando siegues la mies en tu campo, si dejas en él olvidada una gavilla, no volverás a buscarla. Será para el forastero, el huérfano y la viuda, a fin de que Yahveh te bendiga en todas tus obras. Cuando varees tus olivos, no harás rebusco. Lo que quede será para el foras- tero, el huérfano y la viuda. Cuando vendimies tu viña, no harás rebusco. Lo que quede será para el forastero, el huérfano y la viuda” (Dt 24,19-21). “He retirado de mi casa lo que era sagrado; se lo he dado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda” (Dt 26,13). Deta- lle curioso esta referencia y relación de lo sagrado y el levita. “Maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente” (Dt 27,25). Siguen las maldiciones a quienes no escuchen la voz de Dios: “Estarás oprimido y despojado toda la vida, y no habrá quien te salve... edificarás una casa y no la habitarás; plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella” (Dt 28,29-30). “El fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comerá un pueblo que no conoces. No serás más que un explotado y oprimido toda la vida” (Dt 28,33). “Echarás en tus cam- pos mucha semilla y cosecharás poco, porque la asolará la langosta. Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás vino ni recogerás nada, porque el gusano las devorará. Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás de aceite, porque tus olivos caerán... Todos tus árboles y los frutos de tu suelo serán presa de los insectos” (Dt 28,38- 42). Esta es la pobreza como maldición. Pero también será bendi- ción. “Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor, mas el que se apiada del pobre, le da gloria al Hacedor” (Pr 14,31; 17,5). “Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y además necio” (Pr 19,1). Debemos ser voz de los que no tienen voz: “Abre tu boca a favor del mudo, por la causa de todos los abandona- dos, abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del mísero y del pobre” (Pr 31,8-9). En los salmos encontramos cantos de alabanza a los pobres: “Juzguen a favor del débil y del huérfano; hagan justicia al humilde y al indigente; liberen al débil y al pobre, arránquenlo de las manos de los impíos” (Sal 82 (81),3-4). “¿Hasta cuándo triunfarán los impíos? Matan al forastero y a la viuda, asesinan al huérfano” (Sal 94 (93),3-6). t e é 1 s c 3 l s j a 1 l f e f l

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