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678 BERNARDINO DE ARMELLADA suministrarnos para esclarecer en lo posible esa realidad sobrenatu- ral. Y lo primero es volver sobre la valoración de lo que parecía una exclusión: la fe adquirida. No hay duda, afirma, que de los datos o proposiciones que se nos ofrecen como objeto a creer, tenemos una fe adquirida. El primer argumento cree hallarlo en el famoso dicho de San Agustín «no creería en el Evangelio si no creyera en la Iglesia católica» 11 . El discurso de Escoto evidentemente reconoce dos clases –si se quiere, dos dimensiones– de fe. La primera es la aceptación de la autoridad de la Iglesia y, en virtud de ella, la fe consecuente en el Evangelio. Nos encontramos sencillamente con la capacidad humana de comunicar y aceptar verdades por la autoridad moral del testimonio supliendo la evidencia de la experiencia propia. Escoto se mueve, por tanto, en un terreno humano y psicológico de posibilidades concretas respecto del mensaje cristiano. Así, la afir- mación de San Pablo: « La fe es por el oído y el oído recibe la verdad de parte del predicador » (Rm 10,17), es una realidad que sólo puede referirse, dice Escoto, a la fe adquirida, que se genera en el hombre creyendo en la verdad del predicador... Y esto, porque la razón natu- ral le dicta que Dios no asiste a la falsedad de uno que, p.e., hace milagros, como fueron los Apóstoles» 12 . En conclusión: del mismo modo que el hombre no duda de la veracidad de Dios, porque le es infundido naturalmente que ‘Dios es veraz’, y no duda de la probidad de la Iglesia, que aprueba los dichos y escritos de varones veraces anteriores, por todo ello no duda de las cosas que en la misma Escritura se revelan, sino que se adhiere a ellas con fe adquirida por el oído. El corolario es que para la credibilidad de los artículos revelados y la consecuente aceptación firme de los mismos no se necesita la fe infusa 13 . Por tanto hay que considerar 11 S. AGUSTÍN, Contra epistolam Fundamenti , c.5, [n.6] CSEL 25, 197; PL 42, 176; cf. Obras completas de San Agustín , XXX (Madrid 1986) 391. 12 «Item, Apostolus ad Rom. 10: Quomodo credent ei quem non audierunt? Quomodo vero audient sine praedicatione? Ergo, secundum Apostolum, fides ex auditu, auditus ex praedicatore: ergo credere non potest homo nisi audiat aliquem qui sibi credibilia praedicet». Lectura... , III, dist. 23, q.un ., n.17 (VA XXI 102-103). 13 «Tunc ex his sequitur corollarium, quod, propter credulitatem articulorum revelatorum, ut homo firmiter credat omnibus articulis revelatis et determinetur ad alteram partem sine oppositi formidine, non oportet ponere fidem infusam, nec c e e i s ti l c l f r n a ti s ‘ v q v n n c p fi X n q i c a a a h
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