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674 BERNARDINO DE ARMELLADA que con seguridad sobrehumana se entrega con todo su ser a Dios en Cristo, en un amor profundamente responsable. Affaire entre Dios y el hombre, pero no de dos soledades: Desde Dios, el misterio de su amor manifestado en la historia humana del Mediador Dios-hombre. Y desde el hombre, en su intimidad personal y desde su inherencia ineludible en el entorno social e histórico que contribuye a sus decisiones. Acción de Dios y acción del hombre, acción única que se puede llamar colaboración inseparable pero sin confusión. Para ella tienen que darse evidentemente los que se pue- den llamar, respectivamente, presupuestos divinos y presupuestos humanos. Lo requiere el ‘acto de fe’, efecto de una potencia humana capacitada por una tendencia a un objeto (‘habitus’ o ‘virtus’ en el sentido activo). En su referencia a un objeto distinto del hombre es, sin embargo, efecto inmanente en la vivencia de la persona. Para Escoto, el tener fe sobrenatural en Dios (más allá de toda la problemática con que se han enfrentado tanto los teólogos como la Iglesia misma hasta hoy) no puede menos de entrañar una profunda analogía con la fe humana, constitutivo esencial de la estructura del hombre 6 . Como hábito, la fe es para Escoto, como para todos, una disposición espiritual que ha de ser considerada en el conjunto de la actuación humana, como una capacidad positiva de conocer más allá de la experiencia inmediata de los objetos. Capacidad de cono- cer, que posee nuestro entendimiento por referencia al testimonio de la experiencia ajena. Además de lo que se ve, nuestra mente está configurada por lo que se oye: el puente del testimonio lleva a un conocimiento verdadero de las cosas. De este oír, a través del puente del testimonio, los cristianos recibimos el conjunto de verdades que se nos dicen reveladas por Dios en la Sagrada Escritura. Es el testi- monio de la Iglesia el que nos dice al mismo tiempo cuáles son esas verdades y que han sido reveladas por Dios. Es evidente que se trata de un elemento intelectual en el asentimiento a esas verdades y que la razón del mismo tiene que ver con la ciencia y la veracidad del testigo. La cuestión que Escoto se plantea en el lugar que nos ocupa, parte de la situación histórica en que el hombre tiene noticia del 6 Es justa la observación de que ‘la generalidad de las inteligencias viven sólo de la fe creyendo que viven de razón’ (Cf. AUBERT, O.c. , 753). I t c l c c e f e e a f l e a e t c e

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