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684 BERNARDINO DE ARMELLADA Pero ¿en qué se diferencia la fe infusa de la fe adquirida? Habría que decir que en la fe adquirida la razón del asentimiento está en la autoridad o veracidad del testigo, mientras que en la fe infusa son las mismas cosas creíbles o artículos en cuanto se refieren a la Ver- dad primera, en la cual están todas las verdades como en el objeto primero, pero no como si éste fuera la causa (eficiente) de las otras verdades. Se podría explicar así: la razón de mi asentimiento en la fe adqui- rida respecto de una verdad es: que está revelada. En la fe infusa la razón de mi asentimiento es la misma verdad de la proposición. El ‘está revelada’ no entra en el objeto formal del asentimiento. Lo son los objetos o verdades en la Verdad primera, aunque no como evi- dentes, sino como tendencia firme del entendimiento hacia ellos 21 . Aquí surge una dificultad: parece que la fe infusa sería una potencia y no un hábito, es decir, una capacidad neutra y no una inclinación facilitando el acto. En realidad –dirá luego Escoto– se puede bien entender que la fe no es una potencia, que pertenece- ría exclusivamente al alma. La fe, sin embargo, depende del objeto como causa parcial del acto. No es, pues, potencia del alma, sino que causa la totalidad del asentimiento haciendo las veces del objeto 22 . La conclusión de Escoto es clara, aunque pueda parecer sor- prendente: el hecho de que tenemos fe infusa es parte del objeto de la fe adquirida. Le basta de momento la autoridad de la Sagrada Escritura y de los Santos, aunque no pueda demostrarse que la fe infusa se dé en alguno en particular. Pero es cuestión de la misma perfección del alma en cuanto ordenada eficazmente al fin sobrena- tural: mientras que la caridad perfecciona el alma, la fe da la dimen- sión sobrenatural al entendimiento 23 . 21 «Item, quamvis firmiter inclinet intellectum in obiecta, non tamen facit ea praesentia ex evidentia rei, nec aliquid aliud facit ea evidenter praesentia; tamen habitus fidei tenet veritatem obiecti, secundum quam inclinat firmiter intellectum in obiecta». Lectura... , III, dist. 23, q.un ., n.40 (VA XXI 99-112). 22 «Sed ad argumentum praecedens dici potest quod fides non est potentia, quia potentia se tenet a parte animae, fides a parte obiecti ut partialis causa respectu actus; ideo non est potentia animae, sed causat assensum totum, ut tenens vicem obiecti». Lectura... , III, dist. 23, q.un ., n.44 (VA XXI 113). 23 «Ad quaestionem tamen dico quod oportet ponere fidem infusam, propter auctoritates Scripturae et sanctorum; sed non potest demonstrari fidem inesse alicui, s t i l f ( n o i l d i C t p c p d p c n h p r p n d P p a s a s 2

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