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EL CONTROL DE LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA POR LA CORONA… 651 s a - - s s - a a - - - s - a a a , arzobispo de Lima, y a San Juan de Ribera, arzobispo también de Valencia. De los seis obispos canonizados del siglo XVI –los otros fueron San Carlos Borromeo (que tuvo el placet real para Milán), San Pío V y San Roberto Bellarmino–, tres de ellos, o sea el 50 % de toda la Iglesia, fueron presentados por la Corona de España. Esto sin contar a dos figuras señeras –Hernando de Talavera y Francisco Jiménez de Cisneros–, cuyas causas de canonización se iniciaron en su tiempo lo que demuestra la fama de santidad de que gozaron. Esto no quiere decir que defendamos como ideal el sistema del Patronato Real. Pero sí afirmamos que de hecho los obispos de dicho sistema, en general, estuvieron adornados con las cualidades del Buen Pastor. En confirmación de cuanto venimos diciendo séame permitido aducir la opinión o juicio de dos personas autorizadas fuera del ámbito español: una, la del Cardenal de Lorena, y otra la de San Car- los Borromeo. El Cardenal de Lorena, jefe de la delegación francesa en Trento, hacía esta observación al Papa a propósito del concilio de Trento: “Su Santidad debe tener muy en cuenta a los prelados españoles, porque, a decir verdad, son personas de valor y tales que en solo ellos y en algún que otro italiano se contiene mucha mayor doctrina que en todos los demás”. Y San Carlos Borromeo, sobrino de Pío IV y Secretario de Estado, escribía estas palabras al Nuncio de Francia en 1561 a pro- pósito también de la tercera convocatoria del Concilio de Trento: “A nuestro señor [el Papa] no le agrada que V. Señoría se afane tanto en procurar que se manden los prelados franceses al Concilio, por- que, no siendo ellos sino de muy poco segura doctrina, no sería bueno para nosotros que fuesen antes que los españoles. Por lo mismo absténgase de urgirles hasta que le conste que los españoles se han movilizado” 5 . Así, pues, no fueron los obispos del Patronato Real de España malos obispos. Tampoco se les ha podido tachar con fundamento de episcopalistas o conciliaristas, ni de regalistas ni de indoctos ni de desleales al Romano Pontífice, por más que varios Papas del 5 C. GUTIÉRREZ, Españoles en Trento (Valladolid 1951) LXXV.

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