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EL CONTROL DE LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA POR LA CORONA… 667 - a i- y n e e l o e s y o o a s a s e - - e n a - o e - e y r. d Y así todo pasó en jubilación y alegría de S. Santidad y de todos los Cardenales, como si les hubiera venido total redención, confesando y concluyendo que V. M. era el único remedio y protección de la Cristiandad y en quien esta Santa Sede tenía su amparo y confianza, como en su protector y defensor, y que este amor y unión ya era para siempre y que jamás cesaría” 24 . Los prelados españoles recibieron el 15 de agosto de 1561 la orden de partir a Trento. Pero cuando allí llegó don Pedro Guerrero, arzobispo de Granada, no habían llegado todavía los obispos de Francia y Alemania. El retraso, pues, no era culpa de los españoles 25 . El Rey Católico no solo tuvo un manifiesto interés en la pronta celebración del Concilio, sino en que se celebrase de la mejor manera posible o sea continuando el de Trento. Basten estos botones de muestra para detectar lo que hubo de bueno y de malo en el control que Felipe II ejerció sobre el Conci- lio. De hecho hoy la historia le ha dado la razón: la continuación de aquella magna asamblea fue un indiscutible acierto. En conclusión, con estos tres aspectos de la política religiosa de Felipe II –el Patronato Real, la exclusiva y la tercera convocatoria del Concilio de Trento– tenemos sobrados elementos para conocer los criterios que, siempre con la previa conformidad de intachables teólogos, movieron al Rey Católico en el ejercicio del control de la jerarquía eclesiástica. En todo caso, el balance final de esa política religiosa no cree- mos que se pueda saldar –como se ha hecho– con tesis dogmática- mente descalificadoras. Leyendo los documentos sin prejuicios, se observa en el alma de Felipe II una grandeza espiritual que, a pesar de los posibles errores, en justicia no se le puede negar. Q UINTÍN A LDEA Real Academia de la Historia 24 Ib ., 302: Carta de Vargas y Ayala al Rey, Roma 19 julio 1561. 25 Ib ., 337: Carta del arzobispo de Granada al Rey, Trento 13 noviembre 1561; A. MARÍN OCETE, El arzobispo Don Pedro Guerrero , tomo II (Madrid 1970) 487-567.