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EL CONTROL DE LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA POR LA CORONA… 657 r a o o - o , i- - a - , . a e ? a a - e a - a De los 20 primeros Concilios, doce habían sido convocados por el Emperador y ocho por el Papa. Pero aun en éstos siempre había participado el poder temporal. ¿Haría falta ahora también la mano poderosa de los príncipes cristianos? La escisión religiosa de Europa ¿no era también un graví- simo problema político? Se trataba, pues, de un problema general europeo», que reque- ría una solución europea. Solo en esta perspectiva europea se ha de entender la política religiosa de Felipe II. Desde la óptica actual de aconfesionalidad religiosa nos resulta hoy incomprensible la intervención del poder civil en asuntos inter- nos de la Iglesia. Pero, igualmente, desde la óptica del siglo XVI, resultaba absurdo para el hombre de entonces el que los príncipes de la Cristiandad – incluidos los protestantes– no fuesen invitados a asistir a un Concilio y no se interesasen por él. Precisamente por eso, el Papa Pío IV, en la bula de convocación, de 29 de noviembre de 1560, Ad Ecclesiae regimen , invitaba a todos los príncipes seculares a acudir al Concilio de Trento con estas pala- bras: “Y exhortamos y rogamos a nuestros carísimos hijos en Cristo, el electo Emperador de los Romanos y demás reyes y príncipes, quienes sería de desear ciertamente que pudiesen hallarse en el Concilio, que, si no pudieren asistir personalmente, envíen sin falta a sus embajado- res, que sean varones prudentes, graves y piadosos para que asistan en su nombre, cuidando también con celo por su piedad que los pre- lados de sus reinos y dominios den, sin excusa ni demora, en tiempo tan necesario, cumplimiento a la obligación que tienen con Dios y con la Iglesia... sin buscar [el Papa] otra cosa que la honra de Dios, la reducción y salvación de las ovejas descarriadas y la permanente tran- quilidad y paz de la República cristiana” 9 . No era, pues, una intromisión participar en el Concilio. Al con- trario. 9 J. TEJADA Y RAMIRO, Colección de cánones y de todos los concilios de la Iglesia española , parte II, tomo IV (Madrid 1853) 192.