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652 QUINTÍN ALDEA siglo XVI dieran muestras inequívocas de hostilidad hacia la Corona de España y esto por razones de orden temporal, como Clemente VII y Paulo IV. Tales obispos sabían distinguir perfectamente la doble personalidad del Romano Pontífice: la de Vicario de Cristo y la de príncipe temporal. Y, aunque a veces tuvieran serios motivos para recelar de la segunda e incluso para oponerse, pero respetaron siempre firme y devotamente la de Vicario de Cristo. 2. EL DERECHO DE EXCLUSIVA Un capítulo de excepcional importancia en el control de la jerar- quía eclesiástica fue el ya desaparecido derecho de veto o de exclu- siva, que algunas potencias católicas –España, Francia y Austria– ejer- cían en la elección del nuevo Papa. Tal presunto derecho fue abolido definitivamente por Pío X con la constitución Commissum nobis, de 20 de enero de 1904. ¿Qué era en realidad la exclusiva? ¿Fue realmente un abuso canónico, tal como se practicaba por parte de España en los siglos XVI y XVII? No era cosa nueva en el siglo XVI el deseo o la pretensión de las potencias católicas de intervenir de alguna manera en la elección pontificia. Ya en la alta Edad Media habían intervenido los emperado- res germánicos hasta que el Papa Nicolás II, en el Concilio de Letrán de 1059, reservó la principal parte de la elección a los cardenales obispos con la participación de los demás cardenales, del clero y del pueblo. Y, por fin, a partir del III Concilio de Letrán (1179), bajo el pontificado de Alejandro III y una vez lograda la reconciliación del emperador Federico I Barbarroja con el Papa, el derecho de elección se hizo privativo exclusivamente de los cardenales. Pero quedaba siempre abierta la intervención de los príncipes en el conclave a través de los mismos cardenales. Era, pues, una intervención indirecta, pero eran demasiado importantes los Estados Pontificios para que los príncipes de la Cristiandad se quedaran indi- ferentes ante la elección del Vicario de Cristo, que además era prín- cipe temporal. Era, pues, no solo un problema religioso, sino sobre todo, desde el punto de vista político, un problema de Estado. y j s a s ti c c F a I t e l e I i s t

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