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622 LUIS E. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES a un asentamiento conformista en los tópicos establecidos. Para estos partidarios de lo múltiple es bueno, además, un cierto desenfoque, que sirva para replantear cuestiones y estimule el pensamiento críti- camente. Defienden, incluso, que la interpretación debe ser siempre extrema. Y ello, porque, en la actual carrera profesional competitiva, una interpretación extremosa puede ser condición de relevancia y de éxito llamativo. En conclusión, si una finalidad de la Historia reside en la ampliación de los horizontes mentales, debe tratar de evitarse todo realismo unidireccional. Una hermenéutica múltiple estimularía, por el contrario, los horizontes de la imaginación. Para los más optimistas, puede hablarse, también, de una espe- cie de darwinismo cultural. Es decir, sostienen que algunas interpre- taciones subsisten en el tiempo, manifestándose como las más satis- factorias para la comunidad científica “relevante”. Si bien, habría que interrogarse sobre si esa subsistencia se debe a criterios de verdad o a las estrategias e intereses de la comunidad científica en cuestión. Por otro lado, en contra de la hermenéutica como comprensión desinteresada, los hay que postulan un pragmatismo de finalidades y actuaciones. En esta línea, la interpretación debe de ser un instru- mento, un “uso” que sirva a diversos propósitos y provechos. Por ello, muchas interpretaciones deberán ser abandonadas al no resultar interesantes, dada su carencia de contenido práctico. La polémica está servida y viene de más lejos. Ya en la década de 1950 el mismo Fernand Braudel reivindicaba una cierta Historia plu- riforme: “Para mí la Historia es la suma de todas las historias posibles: una colección de oficios y de puntos de vista de ayer, de hoy y de mañana. El único error, a mi modo de ver, radica en escoger una de estas historias a expensas de las demás”. Y, en otro lugar: “No existe una Historia, un oficio de historiador, sino oficios, historias, una suma de curiosidades, de puntos de vista, de posibilidades; suma a la que en el futuro otras curiosidades, otros puntos de vista y otras posibili- dades vendrán a añadirse aún […] Existen tantas maneras, discutibles y discutidas, de abordar el pasado como actitudes hay frente al pre- sente” 22 . gía, la ambigüedad, y desestabilice los simplismos explicativos. Se trata de encauzar disentimientos en los que se nutra la invención. 22 F. BRAUDEL , La Historia y las ciencias sociales (Madrid 1968) 75 y 107. c 7 v r t c c r s c e C si ( c

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