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620 LUIS E. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES puede orientarse hacia lo explicativo / comprensivo 15 , hacia una His- toria crítica y contextualizada; o bien radicalizarse hacia una Historia representada, recreada, reelaborada arbitrariamente. Dentro de esta Historia heterogénea algunas corrientes subrayan la subjetividad del observador como sujeto activo del conocimiento. Los hechos no tendrían entonces carácter positivo, sino que serían “hechos del pensamiento”. Y así, cada individuo o colectividad tiende a construir su Historia propia, en estrictas “representaciones” y perspectivas. El pasado sería una mera construcción de nuestras mentes, múltiple y relativa 16 . Del mismo modo, esta nueva Historia tiende a considerar las discontinuidades y quiebras que señaló en su día Michel Foucault 17 , frente a las convenciones de continuidad, coherencia o estructuras. Y se entra también en la valoración de los tiempos subjetivos, “cul- turales” y vivenciales. En general se produce una aproximación a la Historia individualizada, sentida; a lo personal 18 . Al propio tiempo se incorporan metodologías y técnicas cualita- tivas, y se redescubre lo narrativo. Frente a lo argumentado y explica- tivo puede resultar válida la mera descripción. Hacia esta Historia confluyen, asimismo, conceptos procedentes de la crítica literaria, la semiótica, la lingüística, la teoría de la comu- nicación o la antropología. Como resultado de todo esto, asistimos a una cierta fragmenta- ción en Historias dispersas: microhistoria; Historia de género; bio- 15 G.H. VON WRIGHT, Explicación y comprensión (Madrid 1980); J.M. MAR- DONES, Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales. Materiales para una funda- mentación científica (Barcelona 1991). 16 En la década de 1990, Richard RORTY declaraba que “no hay verdades esenciales ni realidad”. El pasado debe verse como una diversidad de tiempos, espa- cios y creencias: Contingencia, ironía y solidaridad (Barcelona 1991). 17 P. VEYNE, Cómo se escribe la Historia. Foucault revoluciona la Historia (Madrid 1984). Esta conciencia de una naturaleza discontinua y fragmentada de la rea- lidad se encuentra ya en Michel de CERTEAU, L’écriture de l’Histoire (Paris 1975). 18 Se retomaba el concepto de “vivencia”, defendido por Wilhelm Dilthey en la segunda mitad del XIX. K. PLUMMER, Los documentos personales. Introducción a los problemas y la bibliografía del método humanista (Madrid 1989). Entre otras, la obra de P. ARIÈS – G. DUBY (coords.), Historia de la vida privada (Madrid 1987-1989) 5 vols. g c 6 c e a l S v v v i t c E d c 2 a i c d i 1 y

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