NG200701022
LA TEOLOGÍA EN SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 579 - - - e a . , - s é - . e r - a a l l s o si perspectiva propia que ofrecía la Universidad. Al mismo tiempo, la obra del dominico no podemos olvidar que aun siendo sumamente clara y ordenada, incluso con un pulcro latín, los jesuitas considera- ban que estaba escrita para atacarles, por lo que tenía una tendencia jansenista 7 , y no cabe duda que algo de ello había, en razón de las rápidas reacciones que provocó. Era, por tanto, una muestra más del enfrentamiento entre distintas líneas ideológicas, que del contexto teológico habían derivado progresivamente hacia el socio-político del Estado. A nuestro juicio, el nuevo método propuesto era muy apropiado para una formación seminarística, pero totalmente impropio para un contexto académico universitario, donde no había ningún tipo de disputa, y en el que siempre se caminaba en una misma línea. La discusión, como elemento característico de la mejor escolástica, había sido totalmente erradicada. Respecto al método para la ense- ñanza, tenía un gran sentido práctico, ya que se podría explicar toda la materia con seguridad de concluirla, al tiempo que tenía el inconveniente de una clara falta de especialización por parte de los maestros o, lo que es lo mismo, que éstos no usarían más que esta obra, con lo que no habría verdadera investigación y búsqueda teo- lógica. No dejaba también de ser una vuelta al método tradicional de comentario y lectura, pero donde se notaba ya el olvido de la nueva realidad, que pedía una atención más especializada y concreta a las diversas disciplinas. Al mismo tiempo, el decreto hacía referencia que la propuesta del manual, como comentario a la Summa , no era algo definitivo, sino que se trataba de una propuesta provisional, mientras no se encontrase algo más adecuado. Dicha temporalidad no dejaba de ser también un grave y serio problema, puesto que no permitía a los maestros la asunción de un método seguro. Por otra parte, si era algo provisional, ¿porqué no haber dejado a tal efecto la obra del Aquinate? Pero, ¿qué era lo que buscaban desde la burocracia de Madrid?, posiblemente obras de idéntico corte, pero escritas desde 7 Así lo evidenciaba el jesuita Joaquín Cortés, que escribirá su obra en el destierro. Cf. J. CORTÉS, Observationes Theologicae in aliquot doctrinae capita Prae- lectionum R. P. Fr. Petri Maria Gazzaniga , toms. I-II (Assisi 1796). Entre otras obras impugnatorias: G. SEGOVIA, Dissertatio de opinione Probabili cum appendice super Ranimiri II Aragonum Regis X Monachi, Sacerdotis & Episcopi Matrimonio adversus theologicam de conscientia probabili praelectione Cl. Gazzanigae (Romae 1795).
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