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LA TEOLOGÍA EN SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 609 a a - , - , s a a l - - s - , a a s , - l r - e - - s, “En el Colegio de estudios eclesiásticos superiores deben culti- varse ampliamente los estudios filológicos y estéticos, los filosófico teo- lógicos, los bíblicos, los de derecho e historia con el importante ramo de la arqueología y la prehistoria, y las ciencias naturales en relación con el dogma” 74 . Poco a poco se organizan los estudios, en los que el P. Cámara deja ya ver un claro intento de vuelta a aquello que había supuesto la teología en Salamanca, entendiendo que esta institución estaba en continuidad con la Universidad salmantina. Él mismo lo expresa así a toda la diócesis: “Y si bien no será asequible presentar el Colegio desde luego en el desenvolvimiento cabal de su dilatado programa, sírvenos de poderoso auxilio la Universidad de esta población, donde se explican las asignaturas de Filosofía y Letras, las de Ciencia y de Derecho, y por tanto, en nuestras momentáneas deficiencias e iniciales pasos por lo menos, nuestros alumnos podrían cursar el Derecho civil, Lenguas, etc., en las aulas universitarias de Salamanca, o cuan lejos de contrariarnos, nos regocija sobremanera, porque anhelo nuestro es igualmente enlazar los estudios del nuevo Colegio con los timbres de la Universidad a la usanza antigua, y pretender que ésta continuara resonando, dentro y fuera de España, con el eco de todavía vibrante, y la fama de su pasada e inmortal escuela” 75 . A partir de 1895, éstos comienzan desde el quinto año de Sagrada Teología, conforme al Plan de 1852. No cabe duda que, aunque estamos en un momento, comparado con otras épocas, debilitado, los Planes de estudio dan cuenta de un conocimiento adecuado de por dónde debía afianzarse la ciencia religiosa. Es cierto también que, que el entorno salmantino, una vez más, se convertía en el eje configurador teológico, esta vez en torno al neotomismo. Era un intento de restauración de aquello que se había hecho en otras épocas. Así, los maestros iban incorporando a sus manuales las opiniones de otros maestros, sin que realmente se diese una pro- ducción novedosa, pero no cabe duda de que sí se iba configurando un verdadero consenso. Era, en definitiva, el afán reformador de los estudios del Colegio de Calatrava, que durará tan sólo diecisiete 74 T. CÁMARA, “De los estudios eclesiásticos superiores en Salamanca”, en Boletín Eclesiástico de Salamanca 41 (1894) 273. 75 Ib ., 274-275.

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