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LA TEOLOGÍA EN SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 605 s - e a - - n n s n , y s e - o , s e e s l . o s n e s o l s a la formación de diestros defensores de nuestra religión para el cul- tivo de las ciencias eclesiásticas y cuantas se rozan con los dogmas de la fe, debiendo desenvolver este vasto plan enderezándole con los estudios de nuestros Seminarios” 66 . Era consciente de la necesidad de la recuperación y el cuidado de una formación amplia, donde queda- sen perfectamente imbricadas incluso las ciencias naturales. Era, por tanto, una fundación pensada para un selecto grupo de clérigos. Al mismo tiempo, aunque hemos indicado la fluctuación del Seminario de Salamanca, comparado con otros centros, se encon- traba en una situación privilegiada, puesto que éste “está confiado a los padres jesuitas en la dirección y educación de los alumnos en su instrucción, y no hay duda que una y otra están en manos de perso- nas muy capaces y dignas. En cuanto a la dirección espiritual se nota que todos, especialmente los internos, tratan con el director como un padre al que pueden visitar siempre que quieren” 67 . Aun asumiendo que dicho testimonio podía estar manipulado, no podemos negar que el contar con una Orden religiosa, que además había tenido una dedicación tan fuerte al mundo de la formación y el estudio, era una gran seguridad para el funcionamiento de la institución. Realidad con la que no se contaba en otras diócesis del territorio español. Por otra parte, para este momento, desde los contextos romanos y, especialmente desde la Universidad Gregoriana refundada tan sólo una década antes, la Compañía de Jesús se convertía en uno de los adalides más fuertes de la restauración católica frente al liberalismo, lo que permitía nuevamente a Salamanca sobresalir sobre otros espa- cios que, aparentemente, tenían más oportunidades 68 . La Compañía 66 T. CÁMARA, “Estudios Eclesiásticos Superiores”, en Boletín Eclesiástico del Obispado de Salamanca 41 (1894) 373. 67 A. VICO, “Informe sobre la situación de los seminarios en España hasta el 31 de diciembre de 1891. V. CÁRCEL ORTÍ (ed.)”, en Seminarios 26 (1980) 355. 68 “La encíclica Aeterni Patris (1879) prescribió que los estudios eclesiásticos se fundamentasen en las enseñanzas de Sto. Tomás de Aquino. Profesores conoci- dos por su tomismo ortodoxo llegaron de España, Francia y Alemania, y de nuevo la universidad asumió su fisonomía internacional. aumentó el número de alumnos de 415 en 1880, a más de 2000 para fines de siglo”. M. COLPO, “Collegio Romano (Università Gregoriana desde 1873”, en Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-temático , tom. I (Madrid 2001) 849-850. Véase también el siguiente número monográfico: L’Università Gregoriana: Istituzione Ignaziana , en Archivum Historiae Pontificiae 29 (1991) 7-60.

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