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600 MIGUEL ANXO PENA organización interna. Para ello, se sujetaban a lo que dispusiese el obispo diocesano, tanto en relación con la disciplina e instrucción, como para la selección de los libros de texto y aquello que había de enseñarse. Se llegaba incluso a insistir en que no se pusieran trabas en la enseñanza de Santo Tomás en las materias teológicas y a San Alfonso en las morales, en ese sentido se deja ver un interés por recuperar una teología segura, más allá de tendencias de partido. Creemos que dicho detalle no ha sido valorado suficientemente, en un momento en el que la lucha por los libros de texto era tan fuerte. Al mismo tiempo, se ha de valorar que la Compañía de Jesús, traslada al entorno diocesano salmantino, el esquema utilizado en los albores de la creación de los Colegios Romano y Germánico en Roma, donde se les encomendaba tanto la instrucción como la docencia, que- dando además evidenciado en los Planes de estudio. Era, sin lugar a dudas, una oportunidad para Salamanca, que se había quedado en un recuerdo del pasado y, al mismo tiempo, para los jesuitas era la manera de recuperar un espacio en el entorno de la que había sido la primera Universidad Hispánica, aunque en aquel momento no pasara ya de una Universidad provinciana y dependiente que, en los próxi- mas décadas se hará todavía más patente. Pero este ambiente durará pocos años, ya que con la revolución de 1868, los jesuitas debieron salir del Seminario, distribuyéndose por casas particulares, desde las que iban a impartir sus lecciones, ocultando así su identidad 58 . Aun con la dificultad de estos momen- tos, los estudios en el Seminario se desarrollan de manera metódica y rigurosa, como se desprende de los mismos Programas de estudio, 58 Así se lo comunica al Obispo la Junta Revolucionaria, señalando que se “impone a la Junta el deber de cerrar los Institutos y Colegios de aquella Orden, ocu- par sus temporalidades y obrar en todo conforme a lo dispuesto en el Real Decreto de 4 de julio de 1835”. AUPSA, Fondo Seminario Conciliar de San Carlos , Caja 5, carp. 9, doc. 10 (16 de octubre de 1868). Entre los papeles se encuentra un billete del Sr. Obispo en el que se puede leer: “En esta diócesis no existe la orden regular de la Compañía de Jesús. Si algunos profesores del Seminario pertenecían a ella, aquí estaban en virtud de encargo de mis antecesores, pero no como tales religiosos, sino [Tachado: como profesores] en clase de eclesiásticos, sujetos como tales a las órdenes y disposición del Prelado. En atención a las actuales circunstancias, y para evitar todo motivo de disgusto les aconsejé que dejaran su puesto, como así lo han verificado, no quedando en el establecimiento más que cuatro sacerdotes, y proponiéndome nom- brar nuevos profesores tan pronto como sea posible reorganizar”. Ib ., doc. 11. s r c l l a t c C e

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