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LA TEOLOGÍA EN SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 595 a l - s e d - a e s a - e l n r . a a , n e e ; s - ). s ocupaba un papel de primera línea, pero en el que se había evi- tado formalmente toda tendencia partidista, que hubiera arruinado rápidamente a la nueva institución. No cabe duda que, sí había mostrado más hostilidad contra el probabilismo moral, y hacia aquél que había sido uno de sus grandes próceres, Luis de Molina. Era en razón, simplemente, de unas líneas fundamentales, totalmente cohe- rentes con el contexto histórico de su momento. Precisamente éste será el que llegue hasta la invasión de las tropas francesas, donde la organización y el orden de dicha institución sufrirán un fuerte deterioro. 2.1. D ECLIVE No cabe duda que aquellos años no fueron fáciles. Como ya hemos indicado, la Universidad hubo de cerrar sus puertas y tanto los Colegios de regulares como el Seminario, se convirtieron en lugares adecuados para la defensa y atención de tropas. Esa fue la realidad sufrida también por el de San Carlos, donde en 1809 se alojaron las tropas francesas, posteriormente las españolas y, más tarde otra vez las francesas e, incluso, aun después de la guerra, seguía siendo utilizado por la soldadesca 46 . Este contexto político, había además tenido como consecuencia, en 1810, por decisión del afrancesado Marqués de Casacalvo el secuestro de las rentas del Seminario, por lo que difícilmente éste podía funcionar. Así, al concluir la guerra, el obispo Vázquez, escribía un memorial al Rey, el 25 de mayo de 1814, en el que se lamentaba que, “dado este paso y despedidos los seminaristas, el Prefecto Casaseca, sequestró en el año de 1810 todas sus rentas, procediendo con tal rigor que ni al Rector, bien que había emigrado, ni a los demás empleados con ser sacerdotes, que no tenían otro título de orden satisfizo las respectivas asignadas [ sic ]. Luego que las tropas enemigas evacuaron la capital, hice presente a la Regencia que las rentas del Seminario a pesar de la protección que al parecer se dispensaba a tales establecimientos continuaban 46 El edificio sufrirá de tal manera que, todavía en 1852, la reina concede una partida para obras en el Seminario, en razón “de la relativa urjencia con que es pre- ciso dar principio a la grande reparación que necesita el Seminario de esa ciudad”. AUPSA, Fondo Seminario Conciliar de San Carlos , Caja 1, carp. 2, doc. 10, f. 2r.
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