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LA TEOLOGÍA EN SALAMANCA EN EL SIGLO XIX 585 e , s e a - e , s e r s s - o n s - a - , n a o o l , s, i- n Y más bien que la verdadera lógica, cuatro cuestiones inútiles en lugar de metafísica, unos cortos principios de filosofía moral entremezclados de errores y absurdos de política; de la física nada que fuese útil; y con ele- mentos de estas ciencias, que se juzgaban necesarios y bastantes según la diversidad de carreras, pasaban a las facultades mayores de teología, derecho civil y canónico, o medicina. Los progresos que se hacían en estas facultades habían de ser correspondientes a los principios filosó- ficos que se habían adquirido. Los teólogos más adelantados no habían empleado los cinco años primeros de su carrera, sino en aprender de coro cuatro párrafos de la obra de locis theologicis de Melchor Cano, y unos artículos más entresacados de la suma de Santo Tomás, olvi- dándose de unos por necesidad mientras aprendían, otros, y llegando, pasados los cinco años, a no saber ninguno, sin otra explicación, por lo común, más que los comentadores del Santo, Billuart o Gonet; y con esta carrera ya estaban habilitados para grados académicos, o aun sin ella para los cargos del ministerio eclesiástico, principalmente para el gravísimo de párrocos. Los que adelantaban su carrera para grado mayor continuaban el estudio de la teología moral, de la historia ecle- siástica, de los concilios, de la religión y escritura, o por autores volumi- nosos, farragistas y escolasticones llenos de preocupaciones y errores, o por otros tan compendiados que mejor pudieran llamarse índices. Los maestros públicos de tales estudios filosóficos y teológicos, que, por lo general eran regulares, habían aprendido con igual método y estudio, y adelantaban tan poco en sus esplicaciones como no fuese en inspirar a sus discípulos un odio implacable al buen gusto en todo ramo de lite- ratura y ciencias, tratando de novadores, filósofos modernos, espíritus fuertes, libertinos, cuando no fuese de ateístas, a los que no seguían el torrente de sus preocupaciones” 23 . Al mismo tiempo, seguía en vigor el juramento clásico de la Universidad de Salamanca, por el que no se podía impugnar directa o indirectamente la concepción sin mancha de la Virgen, y los gra- duandos habían de jurar la defensa del misterio de la Inmaculada, al tiempo que se prohibía también bajo juramento, cualquier referencia a las opiniones tradicionalmente defendidas por los jesuitas 24 . Lógica- 23 J.M. DE LOS RÍOS, Boletín de Instrucción Pública (Madrid 1838) 169-170. Se trata de una alocución de Joaquín Lumbreras, en la que daba su visión de cómo se encontraba la instrucción pública en épocas anteriores. 24 Así, anexado al Plan de estudios de estudios de 1826, nos hemos encon- trado una copia impresa del juramento que habían de hacer los teólogos. Lo transcri- bimos literalmente por su singularidad: “[ r. ]+ | Votum, et Juramentum de Praedulcis, et Sanctissimae Virginis Mariae Conceptione omnis omnino labis experte. | Ego N.

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