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FILOSOFÍA Y NACIÓN 535 a - a , - , a , e e a - - , a a - a - e - - , - , - - tro Guillermo Fraile 9 . Lo que hizo más bien fue transformarse, abrién- dose a nuevos ámbitos de exploración y reflexión, como él mismo reconoce en otro lugar 10 . En cada uno de esos ámbitos se quiso hacer filosofía sin más, y en cada uno resultó condicionada por el peculiar y respectivo sitz im Leben o “mundo de la vida”: lengua, religión, cos- tumbres, territorio, clima, historia común… No es extraño pues que al igual que Cicerón que, estimando en mucho lo griego quiso hacer filosofía “latina”, sin por eso dejar de ser filosofía, Filón de Alejandría, llamado el “Platón hebreo”, judío helenizado, intentó elaborar una filosofía “más verdadera” que la griega empujado por el acerbo de su propia cultura étnica; o Justino, palestino de Samaria, formado también en la tradición filosófica griega, partiendo de ella y sin dejar el tribón, el hábito típico entonces de filósofo, intentó igualmente elaborar una filosofía “más segura y provechosa” por concordar con la fe cristiana predicada desde hacía apenas cien años en su nación 11 ; o Plotino, egipcio helenizado, bien instalado en la Roma imperial pagana, hizo la síntesis más pura y acabada de filosofía greco- romana, estimulado por los valores antiguos de aquel viejo mundo en transformación; o el más lejano al-Kindi, persa islamizado, cono- cido como el primer gran filósofo musulmán, elaboró su sistema de pensamiento estimulado por la herencia griega implantada en su país por los cristianos sirios (neoplatonismo), recreándola sobre la base de la fe coránica que asimismo recibió en y de su nación. Idéntica relación entre filosofía y nación vemos a lo largo de la Edad Media. La filosofía que se hace durante esos más de mil años, toda ella marcada por la fe religiosa, tiene no obstante distinta con- figuración según la nación a que pertenecían los filósofos. Estos se mueven en los tres universos religiosos conocidos, y aun cuando usan idénticos elementos base de origen greco-latino, configuran sistemas singulares debido sin duda, entre otras condiciones, a la herencia cultural de la comunidad esencial constitutiva a que perte- necen y se adaptan. Además, tras la disolución del Imperio romano a fines del siglo V comienzan a surgir las nuevas nacionalidades, y con 9 G. FRAILE, O.c ., en n. 8. Tomo II (Madrid 1960) 3. 10 Ib. , 685-687. 11 S. JUSTINO, “Diálogo con el judío Trifón”, en Padres apologistas griegos . Siglo II (Madrid 1954) 314-315.

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