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554 ANTONIO HEREDIA Me parece que el asunto hay que plantearlo de modo radical y pen- sar que es la misma historia general de la filosofía la que ha estado necesitando una reconversión a fondo para que en su seno cupie- ran con la misma normalidad y dignidad de su concepto y método nuestras respectivas filosofías nacionales. Entre otras circunstancias de la contemporaneidad, el llamado “giro lingüístico” y, sobre todo, las modernas teorías del lenguaje y filosofías hermenéuticas de vario signo aplicadas al conocimiento histórico, aportarían no poca luz y convencimiento para llevar a cabo tal reconversión 34 . No se trata por tanto, como parece indicar Abellán, de hacer dos categorías de historias de la filosofía, ocupada una en las ideas y pensamientos, aunque distinguidas con el calificativo de filosó- ficos (quedaría siempre la tarea de definir qué tipo de ideas o de pensamientos son esos así calificados), y dedicada la otra a historiar una supuesta filosofía pura, cuya distinción respecto de aquélla no podría ser sino accidental, pues no cabe duda que dicha historia se ocuparía también de “ideas” y de “pensamientos”. Parece pues más correcto pensar, como lo hizo en su momento nuestro Ortega, que las “categorías” con que hasta hace poco han operado en Historia general de la filosofía no estaban correctamente puestas y, por lo tanto, no eran adecuadas no ya para formar una historia nacional de la filosofía sino una historia general de ella sin más 35 . La única diferencia que en buena lógica habría entre una y otra historia es de extensión, no de cualidad en cuanto a su contenido ni por el método de ejecución. En una palabra, si hasta ahora, según se dice, nuestras historias nacionales de la filosofía han carecido de un esta- tuto pertinente, no ha sido en principio porque se haya intentado constituir según el modelo de la Historia general de la filosofía sino porque no había en absoluto un modelo adecuado de tal historia. Esto, dicho así, tan descarnado, parece fuerte, pero es lo que ha venido siendo poco a poco aceptado de más de un siglo a esta parte… 36 . 34 El llamado “hispanismo filosófico” interior y exterior tiene aquí una tarea inaplazable y fundamental. Para que su labor, ya iniciada con tanto esfuerzo y mérito hace muchos años, sea eficaz, necesita no desmayar, unir esfuerzos y profundizar en sus objetivos. Cf. sobre el hispanismo filosófico mis trabajos citados en n. 2. 35 Cf. n. 14. 36 E. NICOL, Metafísica de la expresión (México 1957); P. RICOEUR, Histoire et vérité (Paris 1964) 2 ed.; ID., Le conflict des interprétations (Paris 1969); H.G. c e l e e f i a v r s I s n b s s p t i e

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