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548 ANTONIO HEREDIA Obsérvese además que tanto la realidad histórica de las filoso- fías nacionales como el conjunto de técnicas y procedimientos que permiten hallarlas y describirlas no se nos dan en estado puro sino mediante una teoría, que es como la luz o faro (conjunto de ideas) que ilumina el campo que se trata de conocer y aun el camino para mejor recorrerlo. Pero una teoría es un “artefacto” múltiple y hete- rogéneo hecho no sólo de conocimientos puros sino de deseos, prejuicios, intereses y sentimientos, muchas veces inconscientes o desviados del fin propio de la investigación. Hoy se habla con mucha insistencia de la “inteligencia emocional”. De ahí que en todo método globalmente considerado debamos distinguir además de la teoría que nos permite ver y significar, las diversas técnicas de trabajo que nos permiten actuar de una determinada manera y la compleja realidad histórica a que se aplica, que es en definitiva la piedra de toque de todo el proceso… Realidad que se nos da a los historiado- res a través de las fuentes . Se ha de contemplar además, como parte integrante del mismo método, una deontología ; esto es, un para qué se investiga, el conjunto de valores o motivaciones que sostienen el trabajo del investigador. Este puede marrar si condiciona su trabajo intelectual a otra cosa que lo que pide de suyo su oficio, que no es sino la búsqueda y esclarecimiento de la verdad de la cosa misma; en nuestro caso, la historia nacional de la filosofía. Va dicho, pues, que a esa verdad no se llega sólo por el camino de la técnica o de la teoría. Naturalmente, el investigador puede poner su oficio al servicio de otros fines llegando incluso a emplear consciente o inconscien- temente medios no adecuados. Pero el lector atento y bien formado sabrá distinguir y evaluar el producto de la investigación en cuanto obra histórico-filosófica. Ciertamente que no podemos acercarnos a las filosofías nacio- nales ni a sector alguno de la realidad sin prejuicios, pero estamos obligados por diversos títulos a contrastarlos con la piedra de toque de la realidad que se nos revela a través de ciertos procedimientos. Cuatro son pues los elementos esenciales del método: teoría (luz), técnica de aproximación (pragmática), deontología (ética profesio- nal) y la realidad (fuentes) que se trata de investigar. Un método adecuado y bien aplicado está llamado a modificar (enriquecer o corregir) la teoría. Esta a su vez, modificada, puede favorecer una mirada más penetrante de la cosa y descubrir en ella nuevos perfiles. t y li c l s v r c t c 5 a s s c l s e é e e

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