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FILOSOFÍA Y NACIÓN 547 - s - s a e , s r r r l - e a e . n o n s a . todo adecuación a la realidad histórica de éstas, pero por otro lado estas mismas realidades histórico-filosóficas se nos harán más ricas y patentes en su verdad compleja gracias al método que se aplique, el cual se verá afectado (rechazado, enriquecido o corregido) por lo nuevo que se descubra en aquellas realidades. De ahí la necesidad de abordar la cuestión metódica teniendo a la vista los modos de ser y obrar de los términos en cuestión (punto de vista ontológico y de los principios) antes que meternos de hoz y de coz en estrategias concretas de procedimiento (punto de vista técnico y pragmático). Parto pues aquí de un concepto genérico de metodología como la búsqueda y construcción de un camino dado en parte y siempre por hacer para llegar a una realidad histórica dada también en parte y siempre por hacer. No se trata por tanto ahora de describir méto- dos concretos de acercamiento a las filosofías nacionales. No voy pues a referirme ni al método histórico-crítico ni a ninguna técnica especial de investigación. Sobre estas cuestiones sabemos que hay mucho escrito y, no sólo eso, sino practicado usualmente por una asamblea de investigadores como ésta. No cabe pues pensar que se me haya invitado a hablar aquí de los recursos y procedimientos que ustedes emplean ordinariamente en su trabajo. Lo que a mí se me ha podido pedir, creo, ha sido exponer los aspectos esenciales que, según mi punto de vista y cualquiera que sea el procedimiento emprendido, encierra la ocupación metódica con la realidad filosó- fica nacional. Pues bien, una historia nacional de la filosofía pide con mayor razón que otra alguna la búsqueda y construcción de un procedimiento de amplio espectro. Y ello porque lo exige la índole y realidad de su objeto, que es a la vez histórico-filosófico e histórico-nacional. Una filosofía nacional forma parte indivisa de la historia general de la filosofía y de la historia particular de la nación. Y si aquélla no puede hacerse lícitamente teniendo sólo en cuenta el proceso lógico de las ideas que contiene, pues éstas son siempre ideas de un espíritu encarnado que obedece a estímulos de muy diverso origen, mucho menos debe seguirse la exclusiva vía lógica y doctrinal para estudiar y comprender el nacimiento, evolución y desarrollo de las llamadas filosofías nacionales. No se olvide que éstas son un elemento de conocimiento y comprensión tanto del sujeto de quien se predica (la nación) como de la misma idea o imagen de la filosofía sin más.

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