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546 ANTONIO HEREDIA vida humana recibe consistencia y sentido” 24 . También, por exten- sión, y como lo hemos mostrado más arriba, toda filosofía está en un lugar, en una cultura, y es en él y con él. Tratemos, pues, ahora de los caminos que, en mi opinión, pueden conducir a tener una tal histo- ria según lo pide la hora actual. Nos moveremos en el terreno de los principios y con la mayor brevedad posible. 5. SOBRE EL MÉTODO 5.1. D EFINICIÓN Y ESTRUCTURA Es doctrina bien establecida que un método, para que pueda cumplir a satisfacción su papel, ha de acoplarse a la índole del objeto que investiga, pero por otro lado, también es sabido que el mismo método puede contribuir por su parte a descubrir o perfilar la índole de su objeto; a abrir otros caminos que conduzcan a un conocimiento más rico y profundo del objeto. De ahí que la ciencia y su método deben ser siempre contemplados en interacción, conjuntamente, pues la realidad y su verdad que en aquélla se descubre no se nos dan nunca al margen del camino recorrido. No vale pues cualquier método para no importa qué tipo de realidad ni tampoco descansar en uno para siempre, como si no le afectase el descubrimiento de un nuevo dato o punto de vista. Ello significaría tanto como introducir el azar como ley suprema de la ciencia o el ir a tontas y a locas en el trabajo intelectual; significaría en última instancia estancar los conoci- mientos en un punto fijo y cerrar los ojos y los oídos al curso siempre móvil de la realidad histórica 25 . Es claro pues que el método que haya de emplearse en el estudio de las filosofías nacionales exige ante 24 O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, El lugar de la teología (Madrid 1986) 14. Algunos aspectos de interés sobre la relación filosofía y nación o cultura pueden verse en El mundo como responsabilidad (Barcelona 1961) 16-48. 25 Escribía Menéndez Pelayo en su madurez que “nada envejece tan pronto como un libro de historia. Es triste verdad, pero hay que confesarlo. El que sueñe con dar ilimitada permanencia a sus obras y guste de las noticias y juicios estereotipados para siempre, hará bien en dedicarse a cualquier otro género de literatura, y no a éste tan penoso, en que cada día trae una rectificación o un nuevo documento” (M. MENENDEZ PELAYO, Historia de los Heterodoxos Españoles (Madrid 1965) 24, t. I. t e y e y l c l y e a s e c í e i y é s i

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