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540 ANTONIO HEREDIA valoración, pero en todo caso ha de mostrar en su constitución un minimum filosófico exigible. Lo que ella aporta es sólo, como diría Ortega y Gasset, una dife- rencia llamémosle exterior: ser una filosofía de proximidad hecha a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por… la nación…, pero no por eso menos filosofía y, por tanto, con no menos pretensión de validez universal. Porque, como hemos dejado dicho más arriba, lo exterior no es sin más lo inauténtico de la filosofía. Lo exterior y visible no son sucedáneos de lo interior sino el “lugar” de su encarnación, su “cuerpo”. La perspectiva nacional, limitada y relativa, es la condición para que lo universal y absoluto se revele. De ahí la importancia y necesidad de prestar atención a las filosofías nacionales. Es a través de ellas como accedemos a la filo- sofía sin más. Pero eso sí, con la ventaja de no perder la riqueza de los matices que suelen desaparecer en una consideración puramente lógica y formal (sintética en suma) de la historia de la filosofía. Por ello una historia nacional de la filosofía, al asumir ésta como parte integrante de la cultura de un pueblo, puede contribuir de manera más notable que otra elaborada con criterio puramente lógico o abstracto a que el pueblo del que se predica comprenda y conozca mejor los problemas filosóficos. Los ve como naciendo de sí mismo, de su propia vida. Un motivo más para calibrar su importancia y la necesidad de su estudio 19 . Pero debemos recordar que el mismo concepto de filosofía nacional no ha gozado de buena prensa. Se ha negado ese carácter sobre todo a la filosofía de los países ibéricos e iberoamericanos, negación compartida durante mucho tiempo por amplios sectores de esos mismos países. Incluso se ha negado que tuviéramos ninguna filosofía. Hoy ha cambiado la situación, pero aún está muy exten- dida la conciencia de que en nuestros países no ha habido filosofía nacional propiamente dicha (o al menos una filosofía digna de ser historiada), y por eso muchos no comprenden todavía qué es lo que se quiere decir con eso de filosofía portuguesa, española, hispánica o 19 No tiene pues nada de extraño que un autor tan poco proclive a las filoso- fías nacionales como Karl Praëchter, dijera que “es importante para el método de la historia de la filosofía el considerar a ésta en estrecha unión con toda la vida cultural de una nación” (Cit. por E. LLEDÓ, Lenguaje e historia (Barcelona 1978) 234. i t c e e a e c s y s r t 4 l c b c ti

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