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522 ÁNGEL INFESTAS un edificio conceptual compartido y que adoptan una postura polí- tica cerrada frente a los de fuera. Este carácter “comunitario” del para- digma condiciona las relaciones entre los seguidores de paradigmas distintos, planteándolas en términos polémicos. Los seguidores del paradigma dominante aceptarán, a lo sumo, integrar elementos pro- cedentes de paradigmas “menos poderosos”, es decir con un número mucho menor de seguidores. Gran parte del debate acerca de la incomparabilidad de los para- digmas radica en el carácter sustantivo, metafísico, que se otorga a los criterios usados para definirlos. Si admitimos que existen formas alternativas, radicalmente diferenciadas, de concebir la naturaleza de la sociedad y de lo social, llegaremos a la enumeración de un con- junto de paradigmas contrapuestos, exclusivos, incomparables entre sí, cerrados. Si, por el contrario, definimos esas formas como polos extremos de diversos continua , se considera a los paradigmas como algo abierto, como fenómenos históricos y empíricos cuyas fronteras no están formadas por bruscas rupturas de continuidad, sino por zonas intermedias, de transición, en las cuales esas características contrapuestas se difuminan, propiciando la transición hacia los ras- gos que definen al paradigma limítrofe. Llegados a este punto, es preciso recordar que en su realización histórica los paradigmas se desarrollan en relación e interacción mutuas, de modo que la evolución que una teoría experimenta en un momento determinado está influida directa o indirectamente por la presencia de otras teorías que le ayudan a delimitar su propio estatuto ontológico y epistemológico. Esa presencia e influencia mutuas no siempre son directas ni conscientes; baste como ejemplo la influencia ‘espectral’ de Marx en tantos momentos de la historia de la sociología, en los cuales no se le consideraba un científico social cuya obra mereciera una confrontación explícita, pero sí se veía necesario refutar sus doctrinas. Para concluir, creo oportuno hacer explícita la postura que me ha guiado en la elaboración de este mapa paradigmático, como instru- mento de aproximación a la sociología contemporánea. Como se ha podido entrever repetidamente, supone una apuesta por la supera- ción de las fronteras, de las posturas de aislamiento entre paradigmas diversos y, más aún, el abandono de cualquier intento de imponer un paradigma único, global; y afirma la necesidad de aceptar la plu- r t 4 t s c c c E

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