NG200701019
512 ÁNGEL INFESTAS objetivismo, tal como fueron descritos anteriormente; y pretende proporcionar explicaciones esencialmente racionales de los asuntos sociales. Ofrece, pues, una clara orientación pragmática, interesada en comprender la sociedad de manera que genere un conocimiento que pueda ser utilizado. “Normalmente se declara a favor, de manera muy firme, de una filosofía de ingeniería social como base del cambio social, y destaca la importancia de comprender el orden, el equilibrio y la estabilidad en la sociedad y el mundo como éstos se conservan. Se preocupa por la ‘regulación’ y el control efectivos de los asuntos sociales (Burrell y Morgan: 1979, 26). Este paradigma presupone un mundo social compuesto por rea- lidades y relaciones empíricas relativamente concretas que pueden ser identificadas, estudiadas y medidas con métodos y técnicas pro- cedentes de las ciencias naturales. Desde una posición claramente objetivista, considera la sociedad como un fenómeno externo a los individuos que la componen y, en consecuencia, independiente de ellos, como chose (Durkheim), como realidad ontológica anterior al individuo, que le proporciona a éste y a sus actividades un contexto global. Para explicar por qué la ‘fábrica’ social de la sociedad tiende a mantenerse unida, sus practicantes acuden a la naturaleza regulada de los asuntos humanos, basada en una norma subyacente de racio- nalidad intencional; y unen en este concepto unen dos dimensiones que definen el paradigma (objetivismo y regulación). Por una parte, el conocimiento de la realidad objetiva mediante la aplicación del método científico, proporciona la base para regular la sociedad; y por otra, esa racionalidad intencional fundamenta la atribución de una racionalidad esencial de la sociedad, al ser ésta el resultado de aquélla. “La ciencia en manos de los funcionalistas [estructuralistas consensuales] se convierte en una herramienta para imponer orden y regulación en el mundo social –orden y regulación desde el punto de partida del observador–” (Burell y Morgan: 1979, 107). Desde el punto de vista metodológico, en el estudio de la socie- dad el científico social ha de adoptar el punto de vista del observa- dor, no del participante, e intentar relacionar la realidad inmediata con los elementos importantes del contexto social más amplio, de modo similar a lo que hacen otros científicos cuando abordan su objeto de estudio. De ahí que el método adecuado deberá aproxi- t r l a c a i s e li e c s s a a L g r c d l d
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