NG200701017

474 ÁNGEL GALINDO alguno, generar una discriminación de orden civil o social respecto a otros grupos religiosas” (423). “La Iglesia pide libertad para ella misma” (426) y el “Cese de la persecución religiosa” a nivel interna- cional (438). “La solicitud por los refugiados nos debe estimular a reafirmar y subrayar los derechos humanos, universalmente reconocidos, y a pedir que también para ellos sean efectivamente aplicados” (505). En cuanto al terrorismo “la identificación de los culpables debe estar debidamente probada, ya que las responsabilidad penal es siem- pre personal y, por tanto, no se puede extender a las religiones, las naciones o las razas a las que pertenecen los terroristas” (514). “Ninguna religión puede tolerar el terrorismo ni, menos aún, predicarlo”. Las religiones están más bien comprometidas en cola- borar para eliminar las causas del terrorismo y promover la amistad entre los pueblos” (Decálogo de Asís por la paz) (515) . “Las diferen- cias religiosas no pueden o no deben constituir causa de conflicto: la búsqueda común de la paz por parte de todos los creyentes es un decisivo factor de unidad entre los pueblos” (516). 10º Acción social y Religión (CDSI 537, 557, 571, 572). “La Doctrina Social se caracteriza también por una llamada constante al diálogo entre todos los creyentes de las religiones del mundo, a fin de que sepan compartir la búsqueda de las formas más oportunas de colaboración: las religiones tienen un papel importante en la consecu- ción de la paz, que depende del compromiso común por el desarrollo integral del hombre. Con el Espíritu de los encuentros de oración que se realizaron en Asís, la Iglesia sigue invitando a los creyentes de otras religiones al diálogo y a favorecer, en todo lugar, un testimonio eficaz de los valores comunes a toda la familia humana” (537). “El compromiso político de los católicos con frecuencia se pone en relación con la laicidad, es decir, la distinción entre la esfera política y la esfera religiosa” (571; Cf. GS 76) . “El principio de laici- dad con lleva el respeto de cualquier confesión religiosa por parte del estado, que augura el libre ejercicio de las actividades del culto, espi- rituales, culturales y caritativas de las comunidades de creyentes. En e r c e t y s a p

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