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ÉTICA Y RELIGIÓN EN LA VIDA SOCIAL. LAICIDAD Y LIBERTAD… 467 l a - s s - a s s a e e a - a - e a s l l - e la persona humana. No obstante la mayoría de los Padres se orienta- ron desde el principio hacia una concepción de la libertad religiosa como hecho natural o derecho fundamental de la persona. En cuanto al objeto del derecho a la libertad en materia reli- giosa, es preciso sostener que no está constituido por el contenido de las creencias religiosas, en primer lugar, por que las relaciones entre personas no son jurídicas sino intersubjetivas y, en segundo lugar porque si una religión concreta es errónea si se fundara en los contenidos cada miembro de esa religión se vería obligado a comu- nicar dicho error. La libertad religiosa proclamada en la Declaración no se refiere a las relaciones de los seres humanos con la verdad o con Dios sino a las relaciones entre ellos dentro de la vida social. Por otra parte, se precisa que esta misma libertad no se refiera a las relaciones entre los miembros de una comunidad religiosa cualquiera y las autorida- des respectivas dentro de la misma religión; se refiere a las relacio- nes de los seres humanos con los individuos, los grupos sociales y los poderes públicos en el seno de la sociedad humana y civil. Los sujetos del derecho a la libertad en materia religiosa son ante todo los seres humanos en cuanto que son personas. Es, por tanto, un derecho, que pertenece a todos, creyentes y no creyentes. Cada uno tiene el derecho de profesar su propia religión, tanto en forma individual como colectiva, tanto en público como en privado. Asimismo, los sujetos del derecho a libertad en materia religiosa son también las colectividades religiosas. Son además consideradas como sujetos inmediatos de deberes y derechos y por tanto como unidades sociales dotadas de una personalidad jurídica distinta de la que corresponde a sus miembros respectivos. b. Fundamento del derecho de libertad religiosa Tres son los elementos fundamentales de este derecho que están en peligro en la vida social: el respeto a la dignidad de la persona humana, su inteligencia y libertad y la relación de la persona con la verdad. Hoy, en la sociedad liberal, es muy difícil llegar al reconoci- miento de la verdad. La superposición de noticias, la fragmentación social y la desjerarquización de la verdad están haciendo imposible el reconocimiento de la dignidad de la persona humana.

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