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466 ÁNGEL GALINDO solución de la relación entre ética y religión referida a la vida social. El ejercicio de la libertad religiosa hará que la racionalidad sea el árbitro de la convivencia por ser una facultad práctica del hombre que ayuda al desarrollo de las dimensiones fundamentales del ser humano. En orden a recordar la relación íntima existente entre el ejer- cicio de la religión y el comportamiento ético en la vida social, es importante traer a colación cual es la naturaleza, el objeto y los sujetos del derecho de libertad religiosa. Tampoco olvidamos, como elementos esenciales, el fundamento del derecho, la libertad reli- giosa en relación con los poderes públicos y la libertad religiosa a la luz de la revelación. Por ello, exponemos esquemáticamente los últimos apartados conscientes de que necesitan un desarrollo posterior. De todos modos, lo considero útil para comprender el camino abierto a la explicación de los problemas actuales existentes en la relación entre religión y ética como consecuencia de la actual sociedad, bastante vertical y poco participativa. a. Naturaleza, objeto y sujetos del derecho de libertad religiosa El número 2 de la Declaración Dignitatis Humanae comienza de la siguiente manera: “El Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa”. Con esta afirmación contundente y solemne el documento alcanza una importancia his- tórica tanto en la vida de la Iglesia como en la vida de la familia humana. Durante la última fase del debate conciliar se había desarro- llado entre los Padres conciliares el sentimiento unánime de que hoy se debía reconocer a todos los seres humanos el derecho a la libertad en materia religiosa. Sin embargo se mantenía entre ellos una divergencia respecto a la naturaleza de este derecho: Una minoría sostenía que se trata de un simple derecho civil positivo, otorgado en vistas al bien común. Se fundamentaban en el pluralismo religioso reinante en todas las comunidades políticas, en la interdependencia de todas ellas a nivel mundial y en la sensibilidad creciente de los seres humanos en materia religiosa. Pero es preciso subrayar que el derecho de la persona, tal como aparece en la Decla- ración, no se funda en el error sino en la verdad que es la dignidad de l r c g e l c a a l l a t f s c b e v s e

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