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ÉTICA Y RELIGIÓN EN LA VIDA SOCIAL. LAICIDAD Y LIBERTAD… 465 a a , l . a e . a s - - s r - e ) a - - . e e a a s a Ahora bien la aconfesionalidad del Estado, está claro que está al servicio de la libertad religiosa, es decir, no debe ir en contra de lo religioso. La identidad de la aconfesionalidad con la laicidad obliga a subrayar que según el art. 16, la aconfesionalidad tiene un sentido positivo. Se puede decir que la Constitución en su articulo 16, entendido en los propios términos y aún en su misma estructura, no hace sino confirmar que la aconfesionalidad encuentra su finali- dad, sentido y razón de ser en la libertad ideológica y religiosa. Es la libertad religiosa la que resulta investida con el valor de fin al que la laicidad sirve y respeto del cual ésta es medio. Es la libertad religiosa la fuente criterial fundamental para la delimitación del alcance de la aconfesionalidad-laicidad. El reconocimiento y garantía de la libertad ideológica, religiosa y de culto es el objeto fundamental del precepto constitucional En el laicismo, sin embargo, “se quiere negar no sólo la relevan- cia política y cultural de la fe cristiana, sino hasta la misma posibilidad de una ética natural. Si así fuera, se abriría el camino a una anarquía moral, que no podría identificarse nunca con forma alguna de legí- timo pluralismo. El abuso del más fuerte sobre el débil sería la con- secuencia obvia de esta actitud. La marginación del cristianismo, por otra parte, no favorecería ciertamente el futuro de proyecto alguno de sociedad ni la concordia entre los pueblos, sino que pondría más bien en peligro los mismos fundamentos espirituales y culturales de la civilización” 53 . Existen posturas extremas de laicidad que desembocan en el laicismo. Se trata de una concepción de laicidad que supone de modo esencial y exclusivo o al menos como consecuencia decisiva la eliminación absoluta o al menos pública de lo religioso. Se trata- ría de una laicidad negativa que se corresponde con el laicismo. 3.2. L A LIBERTAD RELIGIOSA Terminamos nuestro trabajo centrando la reflexión en los ele- mentos esenciales la libertad religiosa como camino de salida y de 53 JUAN PABLO II, “Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede”, en L’Osservatore Romano , 11 de enero de 2002.

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