NG200701017

ÉTICA Y RELIGIÓN EN LA VIDA SOCIAL. LAICIDAD Y LIBERTAD… 431 l. e r a e l, - a s a - a e a a - . y e l a la vida. Aquí nos preguntamos hoy si es posible una ética común en la que podamos fundamentar los acuerdos éticos indispensables para todos, no creyentes y creyentes, cristianos y no cristianos. En tercer lugar, el problema se plantea cuando se trata de abor- dar la calificación ética de algunos problemas contemporáneos, como el aborto, la manipulación biogenética, la propiedad, la guerra, el desarrollo y la dirección política internacional. ¿Dónde podremos fundar nuestra apreciación ética si queremos dialogar con otras éticas desde el convencimiento racional de que la religión es una de las bases, claramente no la única, de la moral? En cuarto lugar, nos planteamos especialmente estas cuestiones con la mirada puesta en la pastoral misionera, en la nueva evangeli- zación, en la pastoral de emigración y ante la interferencia de cultu- ras cada vez más ajenas a la cultura occidental. Hombres que en un ambiente religioso vivían unas determinadas exigencias éticas ahora las han abandonado al alejarse en el tiempo y en el espacio de sus raíces religiosas 2 . En quinto lugar, dentro de este mundo intercultural y a-religioso ha aparecido una cultura débil que niega los metarrelatos, unida a un laicismo de tipo regalista promovido por poderes a quienes les gus- taría controlar la religión y la ética. El mundo de hoy, influido por el pensamiento del vacío, se hace indiferente ante los grandes retos que nacen de la dignidad de la persona humana. Por fin, existen multitud de personas que desde una cierta reli- gión naturista siguen los dictámenes de diversas creencias: la preocu- pación por el horóscopo personal, “el echar las cartas” para adivinar el futuro, la presencia de amuletos y la devoción a ciertos santos milagreros hace que haya nacido una especie de religión que solu- ciona todos los problemas. En estos casos, no es difícil encontrar un número elevado de personas esclavas de su ídolo creado a la carta. En este mismo ámbito de falta de conciencia racional en las creencias, y no sin una cierta indiferencia ante las personas con las que se relacionan, existen personas que habría que considerarlas como pasivamente intolerantes: su lenguaje contra religioso, su 2 A. SCOLA, Jesucristo, fuente y modelo de vida cristiana, Conferencia pro- nunciada en la Facultad de San Dámaso en 1997.

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