NG200701017
456 ÁNGEL GALINDO grandeza, estudia las causas de este fenómeno porque ama a todos los hombres y piensa que el reconocimiento de Dios no se opone a la dignidad de la persona humana. Por ello el remedio del ateísmo hay que buscarlo en la exposición adecuada de la doctrina y en la integri- dad de vida. En definitiva, todos los creyentes y no creyentes deben colaborar en la construcción de este mundo, conclusión claramente ética que pertenece al mundo de lo general. 3º Dimensión religiosa de la ética A pesar de todo lo anterior, la teología moral no ha descuidado la exposición del fenómeno religioso aceptado en el ámbito de los valores y de las responsabilidades morales. Hay que tener presente diversos niveles y planteamientos del discurso moral sobre la religión. a) A nivel sectorial el discurso moral se ha desarrollado tomando en consideración el campo específico de los officia erga Deum según la perspectiva de los manuales tomistas, que nos acercan al mundo de las virtudes, y los manuales alfonsianos que nos orientan de la mano de los mandamientos. b) A nivel general se plantea la cuestión sobre la pregunta ¿es legítima y necesaria una fundamentación religiosa de la moral? En sí mismo el imperativo ético solo puede concebirse en referencia a algo o a alguien que lo fundamente. Hay necesidad de buscar esta refe- rencia fundamental. En cuanto dirigido a la libertad humana el impe- rativo ético se caracteriza por una exigencia plena e incondicionada. Se requiere la libertad de manera total y absoluta. Así, el imperativo ético desemboca en la autorealización o en el fracaso de sí mismo. Es portador al mismo tiempo de una promesa (la realización de sí mismo) y de una amenaza (el fracaso de sí mismo). c) En cuanto al contenido, religión y moral difieren. En algunos casos, en las religiones morales, el comportamiento honesto es exi- gido religiosamente pero no es identificable totalmente ya que todo lo que la religión tiene de genuino religioso (sacramentos, culto, ritos, dogmas) está más allá de la moral. d) Otra cuestión es la diferencia entre actitud ética y actitud reli- giosa (Sócrates tiene una actitud ética ante su muerte; Cristo, en el Monte de los Olivos, tiene una actitud religiosa): La actitud ética o el esfuerzo activo del hombre por ser justo y por implantar la justicia; la actitud religiosa o la entrega creyente, confiada y amorosa a la gracia e e s r r L e t r c p y
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