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ÉTICA Y RELIGIÓN EN LA VIDA SOCIAL. LAICIDAD Y LIBERTAD… 455 - s a a - - l e , - , s - s s a - y - l - e e s - 2º La moral ante los ateísmos Como hemos visto más arriba, la religión ha sido provocada por la actual situación sociocultural de la que forma parte muy importante la secularización como lo ha puesto de manifiesto Gaudium et Spes 7. El contenido principal y primero de la secularización es la centralidad del hombre: es una edición particular del humanismo. El hombre es el centro de las ideas y de los hechos. El hombre secularizado tiende a considerar a Dios como un ser no-necesario y como un ser peligroso (un ser que atenta contra la plena autonomía del hombre). Los ateísmos van naciendo de este proceso secularizante en sus diversas formas. Surge así una ambigüedad de la secularización aplicada a la religión y al culto. Si algunos proponen una desacraliza- ción total y otros creen que pueden reducir la sustancia del mensaje cristiano a una dimensión sociopolítica y ética, otros juzgan posible llevar una unidad dinámica de vida cristiana en su dimensión sacra- mental y ético-social mediante una religiosidad que se inserte en la historia concreta de la existencia. Ante todo esto van apareciendo varias formas de ateísmos (GS 19-21): los que niegan expresamente a Dios, quienes afirman que nada puede decirse de Dios, aquellos que dicen que es inútil hacer un planteamiento sobre Dios, otros pretenden explicar todo desde la base puramente científica, algunos rechazan toda verdad abso- luta, hay quienes exaltan tanto al hombre que dejan sin contenido la fe en Dios. Otros rechazan un dios que nada tiene que ver con el Dios cristiano, algunos ni siquiera se plantean la existencia de Dios. Y en muchas ocasiones el ateísmo surge como repulsa al mal. Estas diversas formas tienen sus raíces: el excesivo apego a la tierra, la no escucha de la voz de la conciencia, la reacción crítica contra las religiones, el descuido de los creyentes en la educación religiosa y los defectos de los cristianos. Pero existe un ateísmo en el que nos interesa fijarnos por su rela- ción con la ética: el ateísmo sistemático. Este dice que la esencia de la libertad consiste en que el hombre es el fin de sí mismo, el único artí- fice de su propia historia. En concreto, pone la liberación del hombre en su propia liberación económica y como consecuencia la religión es un opio o un inconveniente para esta liberación. La ética cristiana adopta una postura clara ante este tipo de negación de Dios. Piensa que estas doctrinas quitan al hombre su