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ÉTICA Y RELIGIÓN EN LA VIDA SOCIAL. LAICIDAD Y LIBERTAD… 447 - e e l : - l. s l s - s s s - y - e r - la fuerza civil es motivado, aunque sin saberlo, por la gracia. Por ello, el planteamiento habrá que situarlo en las razones exteriores del consenso o encuentro entre ambas y en la normativa o leyes que las modulan 32 . Por ello, tendremos en cuenta, al menos, los siguien- tes conceptos: la realidad de una ética no religiosa, ética civil, ética religiosa, racionalidad de todo tipo de ética, búsqueda del diálogo y encuentro entre todas. a. La increencia, reto a la fe Es este uno de los problemas significativos del momento actual por el que todas las confesiones cristianas están preocupadas. Para comprenderlo hay que partir del indiferentismo y agnosticismo de un gran número de bautizados que hoy se encuentran fuera de la fe. Según afirmada Lamennais en situaciones similares “lo más pre- ocupante ya no es el problema del error, sino desdeñar la verdad”. Pero su gravedad tiene visos nuevos al considerarse como fenómeno masivo y radical caracterizado por carencia de toda inquietud reli- giosa. Hoy, Dios muere en el corazón de grandes masas desapare- ciendo el sentido de lo sagrado. Por lo tanto no es correcto decir que el mundo está paganizado ya que este fue religioso. Este fenómeno ha ocurrido sin ruidos, sin luchas externas, sin disputas. Ha llegado poco a poco a una situación de tranquilidad y paz de cementerio como la que crean los Medios de Comunicación Social. Se ha llegado a la muerte de Dios sin saber cómo ni por qué y además no merece la pena preguntarse por ello para saberlo. Es un fenómeno de apatía, de no elección religiosa ahogado por el goce de la vida, el consumo y por otras preocupaciones inmediatas. Según Mircea Elíade, decir hombre es decir ser religioso de tal manera que, si ha habido algún homínido que apareciera como no religioso, es que no merecía la categoría de hombre. Lo que está pasando en nuestro mundo moderno es una explosión de nuevas creencias, mitos, ritos, nuevos comportamientos en el plano religioso cuya característica fundamental es el confusionismo. En muchos de 32 Cf. J. JOBLIN, “Diritto, morale e consenso sociales”, en Civiltá Cattólica 3 (1987) 370.