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416 DIEGO GRACIA se corresponden con los dos modelos descritos anteriormente, el doctrinario y el neutral o informativo. Los autores identifican una tercera actitud, que denominan transmisión de valores a través de su “modelado”. Consiste en presentar a los jóvenes modelos atrac- tivos, y a ser posible presentarse uno a sí mismo, padre, maestro, etc., como un modelo a imitar y seguir. Pero este enfoque, piensan los autores, tiene también muchas limitaciones, dado que los jóve- nes están expuestos a muchos modelos y muy distintos, con lo que encuentran dificultades en identificar qué modelo emular o seguir. De ahí que los autores propongan como alternativa un cuarto modelo, la clarificación de valores. No es éste el momento de expo- ner en detalle el procedimiento de la clarificación de valores, pero sí conviene aclarar que su objetivo, como explícitamente declaran sus creadores, no es transmitir un conjunto determinado de valores, sino ayudar a los estudiantes a ser conscientes de las creencias y conductas que consideran apreciables y que desearían mantener. El procedimiento de la clarificación de valores no pretende discernir qué valores son mejores que otros, sino “conseguir una mejor inte- gración de sentimientos, creencias y conducta” 9 . De lo que se trata no es de analizar los valores o las creencias que uno ya tiene o que puede estar adquiriendo, sino de conseguir una mayor coherencia entre esas creencias que ya tiene y sus patrones de conducta. No se trata tanto de discutir sobre valores cuanto de buscar coherencia en la vida práctica. Se comprende, a la vista de lo anterior, que el método fuera pronto objeto de críticas. La crítica más frecuente fue que era dema- siado “neutral”. De hecho, intentaba educar en valores haciendo profesión de no beligerancia en cuestiones de valor. Trataba cuestiones que los anglosajones llaman value-laden, intentando mantenerse value-free 10 . Esto a muchos les parecía inconsistente y peligroso. Como ejemplo de crítica, valga la de Emy Gutmann: “La neutralidad liberal sustenta el método educativo de la ‘clarificación de valores’, que se aplica ampliamente en las escuelas de Estados Unidos. Los que apoyan la clarificación de valores establecen dos 9 S.B. SIMON - L.W. HOWE - H. KIRSCHENBAUM, Values Clarification: A Practical, Action-Directed Workbook (New York 1995) 10. 10 H. KIRSCHENBAUM et AL ., “In Defense of Values Clarification”, en Phi Delta Kappan (June 1977) 743-46. v L t e s s e L v c s e c s i e s c c ti

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