NG200701014

EL HOMBRE, SER ABIERTO AL OTRO Y RELIGADO A DIOS… 359 a - - r ’ , ; a s - l e , - s , l l s e - ) s i- a s a i- e quier determinación, el descubrimiento empírico de que mis posibili- dades de existir son desde su raíz misma, com-posibilidades ” 9 . La vivencia de la nostridad forma un espacio distinto del mundo y abierto sobre él. El otro y yo estamos por un momento fuera del mundo, contemplándolo y viviendo comprometedora y amenaza- doramente la ilimitada composibilidad que importa el ser hombre. “Encontrarme con el otro es sentir súbitamente que se constituye, abierto al resto del mundo y aislado respecto de él, un “ámbito biper- sonal”; si se quiere, el “hogar” de nuestro encuentro 10 . La nostridad cualifica no sólo el espacio, sino también el tiempo. 1.2. L A RELACIÓN INTERHUMANA COMO RELACIÓN INTERPERSONAL “ Siendo coexistencia empírica, actuando, como suele decirse, en “sociedad”, la existencia del hombre va dejando a su espalda las mil y una aventuras posibles – caritativas o criminosas enojosas o divertidas, sublimes o adocenadas – que cada día le ofrecen, a su paso por el mundo, otros tanto ‘ellos’ innominados y fugaces ” 11 . Son el indefinido número de personas que se cruzan con nosotros ofre- ciendo la posibilidad de un tú personal, dejando a nuestra libertad la aceptación o la repulsa de este ofrecimiento 12 . La respuesta al otro es personal y libre, se mueve en el amplio campo de la elección. Cuando quiero responder al otro puedo con- siderarlo en la línea de un tú o de un él . Esto hace que el otro me aparezca con una serie de notas con cariz diverso en uno u otro 9 Ib ., 80. Laín Entralgo no admite la definición sartriana de encuentro como colisión de libertades. En su libro Medicina e Historia , p. 213, nos hace ver la gravedad con que la lengua castellana expresa a veces el trato con los demás: alteración y desvivirse . Apoyado en Heidegger, afirmó que el hombre puede conservar su autenticidad en la coexistencia si sabe dirigirla a un destino comunal ordenando hacia el los destinos particulares. En su libro Teoría y realidad del otro , t. II, 80, leemos la siguiente defi- nición de encuentro: “ Encontrarme con otro y percibirle como recíprocamente será, con anterioridad a cualquier a cualquier determinación, el descubrimiento empí- rico de que mis posibilidades de existir son, desde su raíz misma, composibilidades ”. 10 Ib ., t. II, 90. 11 Ib ., 93. 12 Cf. Ib ., 103ss.; ID., Sobre la amistad (Madrid 1985) 198-217.

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