NG200701014
T EL HOMBRE, SER ABIERTO AL OTRO Y RELIGADO A DIOS, EN PEDRO LAÍN ENTRALGO El hombre no es un ser absoluto en la realización de su vida, debe contar con lo ajeno. Esto lleva consigo una limitación. De ahí que el hombre se descubra como indigente y necesitado de ayuda. Ve ante él una serie de imperativos que ni puede eludir, ni resolver por sí sólo. Si miro con profundidad este forzoso caminar, me doy cuenta que no hago mi camino solo; junto a mí, acompañándome en mi viaje, está la realidad y, sobre todo, están los demás hombres. Al encontrarme con ellos no puedo quedar indiferente porque mi existencia es desde su misma raíz coexistencia. El hombre es un ser abierto al otro ( = Homo socialis ) . Finalmente, si mi ser es empresa y camino, es que en sí mismo no tiene la razón total de su existencia; debo, por tanto, buscarla al centro que le sirve de origen, de apoyo y de fin. Mi existencia me ha sido dada, enviada desde y hacia , es preciso buscar el término que dé sentido a estas proposiciones. El hombre es un ser religado a Dios (= Homo religatus ) . El hombre, ser abierto al otro y, a la vez, religado a Dios, dos aspectos muy importantes, centrales, en el pensamiento antropoló- gico de Pedro Laín Entralgo y en el buen hacer docente e investiga- dor de Dionisio Castillo Caballero, a él van dedicadas estas páginas con sentido y profundo agradecimiento. 1. EL HOMBRE, SER ABIERTO AL OTRO 1.1. L A REALIDAD Y VIVENCIA DEL OTRO El hombre, porque es ser-en-el-mundo, debe manejar las cosas, cuidarse de ellas. Es este trato encuentra los objetos que le resisten y encuentra también a las personas. El encuentro con otro le da una
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