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324 MODESTO BERCIANO ladas por Él son verdaderas”. Y esto “no por la verdad intrínseca de las cosas, percibida con claridad por la luz natural de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios que revela” 10 . A la doctrina del Vaticano I sobre la teología natural se opuso más tarde sobre todo K. Barth. Este teólogo afirma ante todo la trans- cendencia de Dios. Lo hace sobre todo en su comentario a la Carta a los Romanos, en la que es patente el ardor de la polémica. “Si yo tengo un sistema –dice– éste consiste en que tengo constantemente ante mis ojos lo que Kierkegaard ha llamado diferencia cualitativa infinita entre tiempo y eternidad; y esto en su significado positivo y negativo… Dios está en el cielo y tú en la tierra” 11 . “Dios es la pura frontera, el principio absoluto de todo lo que nosotros somos, tene- mos y hacemos; está frente al hombre y frente a todo lo humano con una diferencia cualitativa infinita. No es, en absoluto, idéntico a aque- llo a lo que nosotros llamamos Dios, a aquello que experimentamos, deseamos y veneramos como Dios; es el incondicionado ¡alto! frente a toda nuestra inquietud humana y el incondicionado ¡adelante! frente a todo humana indolencia, el ‘sí’ en nuestro ‘no’ y el ‘no’ en nuestro ‘sí’, el primero y el último y como tal el desconocido; pero nunca una grandeza entre otras en lo que nosotros conocemos. Dios es el Señor, el creador, el redentor. Éste es el Dios vivo” 12 . Por eso la verdadera teología deberá fundarse en la palabra de Dios al hombre, no en el pensamiento del hombre sobre Dios. El punto de partida de Barth es un acto de fe en la revelación. Pero en realidad Dios es misterioso también en la revelación y en la encarna- ción. En Cristo las realidades humana y divina se cortan en un punto, sin extensión alguna. En la revelación Dios toca el mundo como la tangente al círculo; lo toca sin tocarlo. La revelación es un hecho his- tórico a-histórico, tiempo a-temporal, lugar a-local. No es una luz que ilumine en las tinieblas, sino un relámpago, un fogonazo en medio de la noche; la revelación es una isla submarina. 10 Dz 1789. Para una visión más amplia cf. G. KRAUS, Gotteserkenntnis ohne Offenbarung und Glaube? Natürliche Theologie als ökumenisches Problem (Pader- born 1986) 34-60. 11 K. BARTH, Der Römerbrief (Zollinkon-Zürich 1954) XIII. 12 Ib ., 315. t c q l r L t t l s c e c a c g 1 i

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