NG200701012
¿TEOLOGÍA NATURAL HOY? 319 e a a e a e a s s l e - a a a - e - - e a s Con estos precedentes aristotélicos y escriturísticos podría esperarse un gran desarrollo de la teología natural al encontrarse el cristianismo con la filosofía griega. Pero a mediados del siglo III se impuso el neoplatonismo, que afirmó la imposibilidad de un conocimiento de Dios y defendió una teología negativa y una vía mística para llegar a Él. De esta filosofía se encuentran vestigios en Clemente de Alejandría. Luego, el neoplatonismo fue aceptado por Orígenes y San Agustín; y alcanzó su punto culminante en el Pseudo-Dionisio. San Agustín afirma con decisión que hay que creer para comprender. Sobre esta base construye algún argumento para demostrar la existencia de Dios e intentar comprender un poco más lo que se cree. La teología de San Agustín y la corriente mística se impusieron y dominaron en occidente hasta San Anselmo y San Buenaventura. Una elaboración más sólida de la teología natural fue obra sobre todo de Santo Tomás de Aquino, después del redescubrimiento de Aristóteles y utilizando la filosofía de éste. Las vías tomistas para demostrar la existencia de Dios siguen el esquema aristotélico. La pri- mera vía en la Summa contra gentes reproduce fielmente los pasos de la demostración del motor inmóvil de la Física de Aristóteles. Con Santo Tomás se inaugura una larga y rica tradición de teología natural dentro de la escolástica, con grandes pensadores tomistas. El nombre explícito de teología natural dentro del cristianismo fue usado por primera vez por Raimundo de Sabunde en 1487, como título de un libro: Theologia naturalis, sive liber creaturarum . Lutero se opuso a la teología tomista, al uso del aristotelismo en la teología y a la teología natural, al insistir en la fe y en la debilidad de la razón. Expresión de ello es la tesis 22: Sapientia illa quae invi- sibilia Dei ex operibus intellecta conspicit, omnino inflat, excaecat et indurat. Pero la reforma luterana no acabó con la teología natural. En la escolástica española hubo un resurgir de la misma, sobre todo en Suárez, cuya obra cumbre lleva este título: Metaphysicarum disputa- tionum, in quibus et universa theologia naturalis ordinate traditur et quaestiones ad duodecim Aristotelis libros pertinentes accurate disputantur. La escolástica española tuvo como efecto una rehabi- litación de la teología natural incluso dentro del protestantismo, en autores como Scheibler o Musaeus.
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