NG200701012

342 MODESTO BERCIANO puede llamarse revelación, está dando ya una respuesta de fe y rea- liza su salvación. Y hay una historia particular categorial de la revelación, que es la que se da en la Sda. Escritura. Rahner dice que no ve por qué ha de limitarse el concepto de revelación a ésta, si se tiene en cuenta las afirmaciones de la Escritura sobre la voluntad salvífica divina y sobre la necesidad de la fe, sin la cual es imposible agradar a Dios. No hay contradicción entre ambas formas de revelación, sino que la revela- ción general estaría orientada hacia la particular; y ésta tiene su punto culminante en Cristo. Así se entendería mejor la salvación de los que vivieron antes de la venida de Cristo y de los no cristianos. En este sentido hay que entender también el concepto usado por Rahner de “cristianos anónimos” 53 . Este concepto de revelación se diferencia claramente del de Barth. Pero también se diferencia del de la teología escolástica o del sentido corriente de la teología católica, si bien Rahner lo ve implícito en el dogma católico y en particular en los documentos del Concilio Vaticano II. En estos presupuestos teológicos se fundaría la doctrina de Rah- ner sobre la teología natural. El existencial sobrenatural del hombre, su ordenación a Dios como a su fin, ya operante desde el principio, y el hecho de que esto sea algo ontológico que afecta a toda la existen- cia, constituirían el fundamento de que el hombre tenga ya un “saber originario, atemático e irreflejo acerca de Dios”. En éste se fundaría todo conocimiento explícito y temático, al que nos referimos cuando hablamos de conocimiento de Dios e incluso de pruebas 54 . “Esta experiencia atemática permanentemente actuando –el conocimiento de Dios que realizamos precisamente cuando pensamos en cual- quier otra cosa y nos ocupamos de cualquier otra cosa diferente de Dios– es el fundamento permanente del que brota el conocimiento temático de Dios que llevamos a cabo en el obrar religioso explícito y en la reflexión filosófica. En ésta no descubrimos a Dios como se descubre un determinado objeto de nuestra experiencia intramun- dana, sino que en este obrar religioso explícito en la oración y en la 53 K. RAHNER, “Die anonymen Christen ” , en SchT , VI, 545-554; ID., “El cristia- nismo y las religiones no cristianas”, en ET , V, 135-156. 54 ID., Grundkurs des Glaubens, 61-62. r z s t t li s c c e s c t c y t c s c 1 e

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz