NG200701012
334 MODESTO BERCIANO llega a un punto en el que no puede seguir adelante. En este punto se topa con lo absoluto. Dios se encuentra con el hombre en las fron- teras humanas. Allí se da la apertura para una revelación y comienza la fe 31 . El hombre, según Brunner, es imagen y semejanza de Dios, es un ser responsable. Por eso Dios puede hablarle. Y le habla por medio de la creación y en la revelación en Cristo. El mundo es crea- ción de Dios, es obra suya y Dios ha puesto su sello en ella. Por eso el mundo es revelación de Dios, como se ve en la Carta a los Roma- nos. La cuestión está, pues, en qué relación están estos dos tipos de revelación 32 . La división tajante entre el orden natural y el sobrena- tural como la defendía Barth, le parece a Brunner un nominalismo teológico inaudito 33 . La reacción de Barth aparece clara en el título conciso y decisivo de su libro: ¡No! Respuesta a Emil Brunner. Barth calificó la postura de Brunner de a-bíblica, de tomista, de católica, de no conforme con la reforma. El hombre pecador es incapaz de construir una teología natural. La inteligencia humana es de por sí ciega para la verdad de Dios; y cuando intenta llegar a un conocimiento natural de Dios, lo deforma y falsifica. Por otra parte, el Espíritu Santo no necesita más puntos de conexión que el que él mismo ha establecido 34 . También Bultmann se separó de Barth en este punto. Bultmann critica la teología natural del catolicismo; pero admitiría también una especie de teología natural que descubra la interrogabilidad humana, interrogabilidad que está en el hombre como inautenticidad del existir. La existencia pre-cristiana tiene ya un saber inconsciente de Dios 35 . La Biblia no le diría nada al hombre si éste no la leyese par- tiendo de una pregunta abierta. En la revelación y en la teología hay que tener presentes los dos términos. La revelación divina se hace al hombre; éste tiene que poder recibirla, tiene que estar abierto a ella, tanto desde el punto de vista gnoseológico como desde una disposi- ción receptiva; tiene que poder responder a la comunicación divina. 31 ID., Philosophie und Offenbarung (Tübingen 1925) 39. 32 ID., Natur und Gnade, 7-13. 33 Ib ., 39. 34 Cf. K. BARTH, Nein! Antwort an Emil Brunner (München 1934) 12. 34. 56. 35 R. BULTMANN, Glauben und Verstehen I (Tübingen 1933) 297-298. 311. é ( t i e c l r l c e s é g t a
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