NG200701012
¿TEOLOGÍA NATURAL HOY? 331 n a , l e a - - a - I , - - , s e a a g s - - s - s s vitales, intuiciones, etc.? Y tratándose de conocer la existencia de Dios ¿no será necesario contar con factores de este tipo? El tradi- cionalismo y el fideísmo encontraban una solución artificial en una revelación al comienzo de la humanidad. Habría que tener presente, a su favor, que así daban una respuesta al tema de la voluntad sal- vífica universal y al hecho universal de la religión. De todos modos, no dejaría de ser artificial y arbitraria su postura. Pero había en ella problemas de fondo. ¿Podrá la razón humana mediante un discurso puramente lógico llegar a conocer a Dios uno y verdadero, principio y fin de todas las cosas, creador y señor? ¿Se pueden dejar de consi- derar en el conocimiento humano otros elementos vitales, intuicio- nes, factores ateoréticos etc. en este tema del conocimiento de Dios con los atributos mencionados? Además, hay que tener presente que los autores a los que se oponía el Concilio eran cristianos y teólogos y partían de una idea de Dios salvador. Entre los factores ateoréticos del conocimiento parece natural que admitiesen alguna inspiración divina, aunque la solución concreta que proponían fuese arbitraria. En resumen, había sin duda un problema de fondo; y el Concilio le prestó poca atención, al hablar del hombre y de la razón humana de un modo general. Entendería la posibilidad de llegar a Dios por las cosas creadas de modo unilateralmente intelectualista; y así la posibi- lidad de respuesta a Dios por parte del hombre que no ha conocido la revelación bíblica quedaría poco explicada. A esta aceptación o respuesta no se llegaría mediante un discurso meramente intelectual. En relación con esto habría que plantearse también algunas cuestiones sobre el semirracionalismo. Ante todo, no creemos que la fe se pueda reducir a la razón y que las verdades de la fe puedan tener una comprensión y una explicación racional. Pero en el fondo de las posturas de Hermes, Günther y Froschammer había también un problema latente, que merecía atención. En el fondo se estaba presuponiendo que el hombre es un ser unitario; una criatura que, aun sin conocimiento explícito de la revelación bíblica, debe dar una respuesta personal a Dios, que le ofrece su don. ¿Cómo entender aquí los conceptos de revelación y de respuesta de fe? Como puede verse, se presentan de nuevo cuestiones de fondo indicadas antes, a las cuales se da una respuesta opuesta. De nuevo hay que decir que buscar una respuesta en las filosofías de Kant, de Hegel o de otros idealistas creemos que sería unilateral y que terminaría disolviendo
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