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308 LUIS ANDRÉS MARCOS término es la lengua la que ha de comprenderse como experiencia. Y comprender el lenguaje como experiencia es más que comprenderlo como comunicación de contenidos (significaciones), pues que al ser el lenguaje experiencia permite no solo decir el mundo y lo humano sino también mostrar que no todo puede ser dicho. El lenguaje dice significando el mundo, pero muestra que no podemos significar todo el mundo. Muestra pues, la diferencia, “la brecha” (Benjamín) entre lo que se dice y la idealidad de lo que quisiéramos decir 17 . No quiere decir esto sólo que en el lenguaje haya símbolos, sino que el lenguaje mismo es símbolo de lo inexpresable, de lo incomunicable. Pero esto inexpresable no se puede expresar con lenguaje, porque no es una cosa, sino una distancia. Solo queda mostrada en el fracaso de su representación. Porque el lenguaje no es la codificación de esa expe- riencia, sino únicamente su acontecer. Haber confundido “tener sig- nificación” con “ser trans-parente” ha hecho que hayamos pensado, por ejemplo, que la palabra de Dios sea otra palabra (¿simbólica?) y no la palabra de Otro 18 . Cuando Yahvé Dios, en el segundo relato del Génesis, concede al hombre la tarea del nombrar puede querer decir que ambos a dos, Dios y el hombre se van a entender en la misma lengua, que va a darse la encarnación en lo humano. Como el agua del río, el lenguaje tiene fondo, y por eso deja transparentar su propio no terminar de decir. “ Lo que está expresado no es todo. Sólo lo no dicho convierte lo expresado en la palabra que puede alcanzamos ” 19 . La claridad del lenguaje se establece contra un fondo oscuro, un fondo de silencio que no deja de rodearla y sin el cual no diría nada o mejor, al decir, pone al desnudo los hilos de silencio con los cuales está entremezclada ” 20 . 17 L. FERNÁNDEZ-CASTAÑEDA, Experiencia y lenguaje en Walter Benja- mín, Universidad Autónoma de Madrid (Tesis doctoral) 1999, p. 154, nota 727. Las nociones que se mantienen en este trabajo, de “brecha” y “la traducción”, proceden básicamente de la interpretación que éste autor hace de la obra de W. Benjamín en su magnífica tesis doctoral. 18 E. COLLINGWOOD-SELBY, Walter Benjamín. La lengua del exilio (San- tiago de Chile 1997) 116. 19 H.G. GADAMER, Verdad y Método , 504. 20 M. MERLEAU-PONTY, Elogio de la filosofía (Buenos Aires 2006) 53. b “ e a l e l s s s 1
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