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DE LA TRANSPARENCIA DEL LENGUAJE 307 o , a , a e - e e a - e . e - - r - , e r . - s s - a o que “ el lenguaje concebido como sola instrumentalidad deja de par- ticipar en la palabra ” 15 . Si no es el significar la dimensión mas profunda del lenguaje, ¿cuál es? Así como dijimos que en el interior de la pintura es donde se transparenta la realidad, una vez establecida la analogía, del mismo modo podemos decir que sucede en el lenguaje: que en su interior se transparenta la realidad, aunque por medio de una distinta materialización (la una es en color y la otra en sonidos). Señala María Zambrano que: “transparente es algo que decimos en alabanza de un cristal, por ejemplo, de una cosa que es el medio para dejar pasar otra, Y no es condición contraria, la profundidad, cualidad que igualmente adjudicamos a un alma superior. Un alma clara y profunda...” 16 . Frente a la transparencia, la opacidad, no lo profundo, pues es la claridad del agua o del aire la que deja trans- parecer el fondo abriéndose a lo profundo. La filosofía no siempre ha acertado a distinguir la claridad de la pureza. El agua en la cabe- cera del río, en su discurrir, arrastra impurezas, y tomando sabor, aparece clara sin ser “químicamente” pura. Como diría Unamuno el agua pura engendra el bocio. La realidad siempre transparece en el lenguaje, lo mismo que la profundidad del río en el agua. La realidad no se nos da descarnada, sin lenguaje. La realidad también se hace verbo para hacerse bebible y saborearse. Que el lenguaje es transparente quiere decir, no sólo que significa, sino que aclara, trasluce nuestra relación con el mundo todo (dioses, hombres, animales, cosas, etc.). El lenguaje es una forma de vida dice Wittgenstein en Investigaciones filosóficas. En el lenguaje se aclara la propia vida. Y se transparenta, simultáneamente, de dos maneras: diciendo el mundo y mostrando que no puede decir todo lo que idealmente quisiera decir (siguiendo la famosa distinción del Tractatus de Wittgenstein). Del mismo modo que se ha preten- dido y se pretende imaginar el mundo sin lenguaje, también se tiende a imaginar nuestra experiencia humana previamente al lenguaje. En uno y otro caso el lenguaje vendría después, una vez que mundo y experiencia estuvieran formados. Pero para W. Benjamín la lengua es inseparable de nuestra experiencia; y esto quiere decir que en último 15 J.A. VALENTE, Palabra y materia (Madrid 2006) 24. 16 M. ZAMBRANO, Hacia un saber sobre el alma , 29.

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