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314 LUIS ANDRÉS MARCOS hizo de sol y así los demás podían trabajar durante el día. Si como es verdad que “ donde no hay amor no pronuncies la palabra ” , tam- bién para los barí lo es que, donde no hay trabajo no pronuncies “sol” ni “barí”. Y es así como las palabras son constitutivas de la experiencia pues salen fiadoras de quienes las pronuncian. ¡Claro!; si quienes las pronuncian las encarnan. Y sólo encarna quien experimenta la unidad de la experiencia, aunque esa experiencia tenga que vivirse como distancia de Alguien que, estando más allá, está próximo gracias a que en el lenguaje que usamos transparece, tal y como he intentado decir y mostrar aquí. Esta experiencia lo es, no tanto por lo acumulado en el éxito como por la ganancia en las pérdidas (las distancias), o sea, tomando par- tido por los que aún viven el lenguaje como experiencia y no como técnica de información, es decir por el hombre (el barí). Y quien experimenta así lo humano, termina por transcenderlo. “Lo que se busca demasiado deliberadamente no se obtiene, y las ideas, los valores no faltan, al contrario, a aquel que ha sabido en su vida medi- tante librar la fuente espontánea” 33 . “No se pueden pintar almas, afirma Cézanne. Se pintan cuerpos y, cuando los cuerpos están bien pintados, ¡qué caramba!, el alma, si la tenían, irradia de todas partes y se trasluce ” 34 . Es decir, se trans-parenta. Tampoco el hombre dibuja o pinta su vida ni en la obra ni en su tarea profesoral, pero en ellas como en la pintura o en sus palabras, ha quedado transparentado. Por eso, el homenaje no es tanto para él como desde él. L UIS A NDRÉS M ARCOS Universidad Pontificia de Salamanca 33 M. MERLEAU-PONTY, Elogio de la filosofía , 94. 34 J. GASQUET, Cézanne. Lo que vi y lo que me dijo , 194).

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