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LA RACIONALIDAD MODERNA EN EL PROCESO DE OSCURECIMIENTO… 277 - , s s - ” a - s - - - a , - l s s , - s . cosas que, reivindicando autonomía para el hombre, acaba aleján- dose de la trascendencia divina. Su existencia terrena (la del hombre) quedará confiada al ejercicio de las solas capacidades humanas. La naturaleza dejará de ser el espacio en que se escenifican realidades sobrenaturales. El más acá mundano se piensa autosuficiente. En ese más acá el hombre oficiará de ministro e intérprete, de soberano que comprende dentro de sus medidas cuando existe. Su capacidad de juicio, su pensamiento, es el poder que le faculta para ello. La visión de la realidad se declara racional. El alcance de la razón coincide con los límites del mundo. Hasta el pensamiento sobre Dios se entenderá formado a medida de esa razón. Descartes sería el Protágoras de esa mentalidad. En relación con la visión medieval de las cosas, esto comporta el oscurecimiento o la opacidad en ellas de la dimensión simbólica del más allá, o sea el fin de la sabiduría religiosa al modo como la entendieran los “santos” de la edad anterior 2 . 2 Alexandre Koyré puede servirnos de guía en el acercamiento a esa. A la pregunta por los rasgos que distinguen los tiempos y el pensamiento moderno responde matizando el sentido en que puede hablarse tanto de ruptura como de continuidad con el periodo medieval anterior. En uno de sus ensayos pasa revista a ciertos nombres cuya obra fue relevante en la fase de transición, como pueden ser Petrarca o Nicolás de Cusa, en cuyo pensamiento encuentra de lo uno y de lo otro, de lo tradicional y de lo moderno. No trata con demasiada simpatía a Petrarca, del que malignamente cita “frases que podría firmar san Pedro Damián”. Al fin, recala en Maquiavelo, con quien pasamos a otra galaxia. De esa parte de su escrito voy a entresacar unas cuantas afirmaciones que consuenan con lo que yo me propongo decir sobre el espíritu de la modernidad. “Con Nicolás Maquiavelo estamos ante otro mundo completamente distinto” (se entiende al de Petrarca, también al de Cusa; por supuesto, el típicamente medieval): Maquiavelo hará de la política la instancia sobe- rana de régimen de los asuntos humanos. Ella capitaliza los supremos intereses del hombre en sociedad, incluidos los morales y religiosos, como Descartes lo hará en el cogito (pensamiento). “Maquiavelo no aspira a una lógica nueva; simplemente, la pone en práctica. Comparable en esto a Descartes, supera los marcos del silo- gismo. Su análisis –como el análisis cartesiano- es constructivo; su deducción es sintética. La inmoralidad de Maquiavelo es pura lógica. Desde el punto de vista en que se coloca, la religión y la moral no son más que factores sociales. Son hechos que hay que saber utilizar, con los que hay que contar. Esto es todo. En un cálculo político hay que tener en cuenta todos los factores políticos : ¿Qué puede hacer un juicio de valor referido a la suma?... En absoluto modificar la suma… No solamente en el alma de Maquiavelo, sino también alrededor de él, el mundo de la Edad Media estaba muerto y bien muerto”. Por supuesto, continúa Koyré, no lo estaba
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